¿Merece la pena invertir en start-ups?
23 de Marzo de 2017
23 de Marzo de 2017
Por María Ángeles Ruíz Ezpeleta, profesora de Gestión Global en el Máster en Supply Chain Management Full Time y Executive de EAE Business School en Barcelona.
Durante los últimos 15 años hemos vivido la expansión de start-ups internacionales como Facebook, Twitter y Uber, que lanzando al mercado ideas innovadoras han conseguido unos grandes beneficios con inversiones mínimas. Estos grandes éxitos han contribuido a la idea de que la inversión en start-ups es altamente rentable. Esta idea no es del todo correcta, ya que invertir en una empresa de nueva creación que promueva una idea, producto o servicios innovadores, conlleva un alto riesgo. Al no haber contrastado en el mercado esa idea, producto o servicio innovador, el lanzamiento puede fracasar y la probabilidad de perder todo lo invertido es muy elevada. Existen diferentes estudios sobre el tema, pero la mayoría coinciden en que el porcentaje de fracaso de las start-ups oscila entre un 75%-80%. En cuanto a los años de vida de las empresas de nueva creación, varios estudios indican que de cada 10 empresas, 9 no sobrepasan los 5 años de vida.
Antes de realizar una inversión en una start-up, se ha de tener en cuenta que este tipo de inversión es comparable a la que realizamos al comprar un billete de lotería. Podemos obtener altos beneficios con una inversión mínima, pero existen muchas probabilidades de perder todo lo invertido.
En modo alguno eso significa que no debamos invertir en empresas innovadoras, pero hay que tener en cuenta que los fondos que invirtamos van a tener un retorno lento, ya que la empresa aún no ha iniciado sus actividades y el periodo de maduración es muy superior al normal y también hemos de considerar la posibilidad de perder todos los fondos invertidos.
Por otro lado, existe una clara ventaja en las inversiones en start-ups, ya que, en la mayoría de los casos, se puede acceder a formar parte del capital social de una empresa, con posibilidades de crecimiento exponencial, a través de un crowdfunding, con una mínima inversión.
Debido a la dificultad que tienen las start-ups para encontrar business angels, inversores que aporten la totalidad del capital requerido para el negocio, por el elevado riesgo de la inversión, muchos emprendedores recurren al crowdfunding, o inversión compartida por pequeños inversores, promovido por entidades financieras o de inversiones que ofrecen facilidades para el micro mecenazgo, realizado habitualmente mediante plataformas on-line. Si nos decidimos a invertir en una start-up mediante un crowdfunding, es importante que sea un crowdequity, es decir que los fondos invertidos repercutan en una participación en el capital social de la nueva empresa.
En resumen, invertir en start-ups es aconsejable siempre que no necesitemos recuperar los fondos invertidos de forma inmediata, ya que existe la posibilidad de perder la totalidad de la inversión y, en caso de éxito del proyecto, el pay-back es lento.
Antes de realizar la inversión, se debe también analizar la viabilidad del proyecto a futuro, exigiendo una definición clara de los estados financieros previsionales en un horizonte temporal mínimo de tres años, a partir de la fecha prevista de constitución de la nueva empresa.