Programa de asistencia técnica para realizar reformas estructurales en la Unión Europea
02 de Marzo de 2017
02 de Marzo de 2017
Por Oliva González, profesora del Master en Project Management de EAE Business School
El pasado miércoles 8 de febrero, las Instituciones Europeas alcanzaron un principio de acuerdo para poner en marcha un programa de asistencia técnica para ayudar a los países miembros a realizar reformas estructurales. El programa estará coordinado por el Servicio para el Apoyo de Reformas Estructurales (SRSS) que se creó en el año 2015.
Una reforma estructural es aquella que tiene como objetivo la reforma de las instituciones y las administraciones, así como las estructuras de los mercados. Con ello se busca una mejora en la competitividad y la productividad, mayores inversiones y, por tanto, un mayor crecimiento económico, creación de empleo y una mayor cohesión social.
Dentro de las posibles reformas estructurales, son interesantes y fundamentales las relativas a las formas de gobernanza económica. Para este programa, es fundamental que las reformas que se propongan generen valor añadido europeo.
Éste es un valor adicional al generado por cada país por separado. Es decir, es un valor que deviene de acciones que provocan sinergias, economías de escala y redes, potenciando una relevancia europea clara, más allá de la localización geográfica concreta.
El programa está dotado con un presupuesto de 142,8 millones de euros y tiene un alcance temporal de cuatro años (2017-2020). Los países que quieran optar a disponer de ayuda con cargo a este presupuesto deberán hacer sus propuestas antes del 31 de octubre de cada año, aunque para ello es necesario que el programa se convierta en formal, algo que previsiblemente sucederá en abril, cuando sea votado en el Parlamento Europeo.
Quizás, cuando se vote, sea una buena oportunidad para tratar de generar un valor añadido fundamental, aquél que garantiza derechos humanos básicos como luz, agua, movilidad y trabajo, lo cual implica que se piense de otra manera para hacerlo diferente en sectores tan estratégicos como:
El mundo está cambiando muy rápido. No basta con saberlo, es necesario conocer sus implicaciones y cómo las instituciones deben y pueden adaptarse para la mejora de la calidad de vida de las personas a las que sirven, ya que en definitiva es su último objetivo.
Ese cambio pasa primero por ser excelentes en gobernabilidad y transparencia, en honestidad, y en el diseño de un marco educativo que permita a cada persona sentir que tiene derechos y obligaciones en la construcción de la sociedad a la que pertenece, a la vez que tiene derecho a pensar por sí mismo y a que su voz sea oída. Y que esos derechos y obligaciones son iguales para todos aquellos con independencia de su país de origen, que estén temporal o permanentemente en suelo europeo.
Quizás puede parecer que el presupuesto dotado para esos cuatro años se quede corto. Si así es, quizás, sea una buena noticia. Esperemos que sea posible ampliar su dotación.