Por Josep Bertran, profesor del Master en Dirección y Gestión Financiera de EAE
Los cambios que el desarrollo de la tecnología está produciendo en la prestación de todo tipo de servicios, (transporte, arrendamiento de inmuebles, obtención de financiación, etc.) se acaban de manifestar de una forma clara con la irrupción de Facebook como operador financiero
El pasado mes de octubre de 2016 el Banco Central de Irlanda concedió a Facebook Payments International Limited la licencia para poder operar como entidad de dinero electrónico, y desde el pasado 30 de diciembre, ya está inscrita en el Registro Oficial de Entidades del Banco de España.
A través de esta licencia y de su registro en el Banco de España Facebook podrá:
- Emitir, distribuir y reembolsar dinero electrónico.
- Ejecutar operaciones de pago, incluidas las transferencias de fondos.
- Emitir y adquirir instrumentos de pago.
- Enviar dinero.
No obstante, Facebook no podrá operar como entidad de crédito a través de la captación de depósitos y la concesión de créditos.
Para poder utilizar este tipo de servicios sólo basta que el usuario aporte un número de tarjeta de débito Visa o Mastercard asociada a una cuenta en una entidad financiera tradicional.
La irrupción de Facebook como operador financiero supone una gran amenaza para la banca tradicional, la cual durante los últimos años ya ha visto como su modelo de negocio entraba en crisis. En estos años las fuentes de financiación alternativas a la banca ha tenido y sigue teniendo un gran crecimiento a través del desarrollo de plataformas Fintech.
Facebook se ha dado cuenta de que las redes sociales y los medios electrónicos ocupan cada vez más el espacio de las transacciones financieras, y dado que Facebook es la principal red global con más de 1.600 millones de usuarios, el potencial de crecimiento del negocio es muy grande. Asimismo, el principal público objetivo de Facebook son las personas jóvenes que ya están muy acostumbradas al manejo de las redes sociales.
Con la entrada de Facebook en el negocio financiero las empresas más perjudicadas pueden ser las entidades financieras tradicionales, puesto que los ingresos por comisiones percibidos por las transferencias de fondos constituyen una partida muy importante de las cuentas de resultados bancarias. Es probable que para hacer frente a esta mayor competencia las estrategias de los bancos deberán centrarse en potenciar sus propias plataformas de pago electrónico, pero en cualquier caso verán reducir sus ingresos.
