Indispensable reforma para regular los medios telemáticos en el entorno laboral
07 de Julio de 2017
07 de Julio de 2017
Por Víctor Ruiz Ezpeleta, profesor del Master en Project Management de EAE Business School
Nadie puede negar ya que las nuevas tecnologías y, en especial, los medios telemáticos forman parte de nuestra vida cotidiana, y también de nuestro trabajo. Por este motivo se ha abierto un gran debate (también en las redes) sobre las líneas que delimitan lo profesional de lo privado, lo permitido, lo tolerable y lo prohibido en el entorno profesional.
Las redes sociales reclaman nuevos modelos de gestión para poner unas normas claras e inequívocas sobre cómo se debe actuar en el trabajo y fuera de él en el uso de los medios telemáticos.
Se han empezado a presentar informes por institutos y comités de expertos en los que remarcan que es clave que la regulación estatal o las negociaciones colectivas no representen un obstáculo insalvable para aprovechar las trascendentales ventajas que las redes pueden tener en la competitividad de la empresa y en la vida profesional y privada de los trabajadores. Se pide, por tanto, fomentar un marco flexible y diversificado que haga uso de las nuevas tecnologías como un bien colectivo.
Un capítulo especial merecen las redes sociales. Han llegado a entrar en nuestras vidas hasta el nivel de vernos en debates éticos sobre el uso de las mismas por parte de los trabajadores y empresarios. Se han hecho públicos distintos casos sobre despidos, investigaciones y uso de algoritmos en redes sociales para decidir el perfil de un profesional en un puesto de trabajo. Hay que revisar si esto es idóneo, ético o incluso legal, y cómo debe regularse un suceso tan nuevo como delicado. Somos víctimas de lo que escribimos en las redes sociales, y si no que se lo pregunten a algunos deportistas o políticos cesados por comentarios en el pasado.
Estos hechos han llevado a los comités de expertos a calificar de muy importante la doctrina judicial para resolver estas dudas. La negociación colectiva y las instrucciones empresariales deben tener en cuenta la jurisprudencia que ya empieza a existir para garantizar una eficacia reguladora.
Del nuevo marco regulatorio saldrán las nuevas acciones y conductas que deberemos aplicar y aplicarnos en el futuro inmediato, ya que todo cambio lleva su tiempo de transición, pero nuestra sociedad cambia tan rápido y exige resultados inmediatos que hace que la mencionada transición pase a ser mínima.
No es menos necesario el debate abierto sobre las horas que trabajan los empleados a través de las redes sociales o emails, y si deben contar como horas de trabajo. No teníamos suficiente presión con el móvil fuera de horas de oficina que ahora nos inundan mails, hashtags, likes y otros conceptos que nos obligan a seguir conectados una vez "finalizada" la jornada laboral. El derecho a la desconexión laboral debe estar presente en nuestra sociedad, ya que la cada vez más conexión que nos rodea tiene una obvia incidencia en el tiempo de trabajo.
Parece muy lejano el tiempo en el que empezaban a irrumpir las nuevas tecnologías en nuestras vidas, pero con la ayuda de las hemerotecas (o internet) vemos que ha sido hace muy poco. Esto nos da nuevamente una prueba de la velocidad con la que se está desarrollando nuestra sociedad, y los cambios que nos depara el futuro con estos precedentes, a la vez que prometedores y apasionantes, son inciertos. Por estos motivos urge un nuevo marco regulatorio que proteja a los trabajadores, empresarios y agentes sociales sobre las nuevas conexiones, a las que, queramos o no, ya estamos siendo partícipes.