Las reservas probadas de gas natural en el mundo siguen creciendo
05 de Julio de 2017
05 de Julio de 2017
Por Oliva González, profesora del Máster en Project Management de EAE Business School
Según datos del anuario estadístico de BP del año 2016, en el mundo existen 186,6 trillones de metros cúbicos de reservas de gas natural. De éstos, el 42,5% se encuentran localizados en Oriente Medio y el 17,3% en Rusia. El 4,1% se encuentra localizado en América del Sur y Centroamérica, y particularmente, el 0,2% en Trinidad y Tobago.
Trinidad y Tobago es uno de los trece países que forma lo que se llama la América Insular o Islas del Caribe, localizándose sobre la plataforma continental de la costa oriental de Venezuela.
A principios de junio de este año, se ha conocido la noticia de que el consorcio bpTT, participado en un 30% por Repsol, ha encontrado en una lámina de agua de 150 metros al este de la isla de Trinidad, dos pozos (Savannah y Macadamia), con un volumen aproximado de 2 billones de pies cúbicos (2TCF), suponiendo el mayor descubrimiento de la década en el país. Este volumen de gas equivale a un consumo de dos años en España.
Esto supone un afianzamiento del país como el segundo en términos de producción para Repsol, que hace muy poco también descubrió en Alaska recursos equivalentes a 1.200 millones de barriles recuperables de crudo ligero.
El gas natural es un hidrocarburo que en su combustión produce menos CO2, no genera partículas sólidas ni humos y es el más limpio de los combustibles gaseosos. Esto lo hace ser un combustible importante a la hora de ir hacia un modelo energético más sostenible. Parece, por tanto, una buena noticia, que haya descubrimientos de reservas importantes que ayuden a incrementar el crecimiento tendencial del 1,6% anual de los últimos diez años en este tipo de reservas.
Para el año 2050, la Unión Europea se ha fijado el objetivo de reducir entre un 80% y un 95% las emisiones de gases de efecto invernadero en relación a los niveles de 1990. En el Acuerdo de París del año 2015, dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se adquirió el compromiso de alcanzar la neutralidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para contener el aumento de la temperatura de la Tierra.
Este compromiso es inviable si se sigue con las fuentes de combustibles predominantes a día de hoy. El gas natural puede y debe jugar un papel fundamental a la hora de diseñar una política estratégica, de tipo energético, que pueda de verdad lograr esos objetivos marcados. En ese sentido, es fundamental que se siga trabajando para poder encontrar nuevas reservas, aunque sería siempre una fuente combustible de transición hasta conseguir cambios profundos en:
Es fundamental, por tanto, el destino de recursos económicos importantes para la investigación, desarrollo y aplicación de nuevas formas de pensar y entender la energía, su consumo y hasta nuestra forma de actuación sobre los recursos naturales, así como en la educación y formación de nuevos hábitos y costumbres. Mientras, es importante descubrir nuevas reservas de los combustibles menos perjudiciales para nuestro medio ambiente.
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