Salir de la zona de confort, clave para un alumno diferenciado
29 de Noviembre de 2017
29 de Noviembre de 2017
Por: Noelia García, periodista de El Economista
La zona de confort implica aquello que no expone riesgo, por ejemplo, no mostrar ideas o trabajos escritos al escrutinio crítico de los demás. Muchos estudiantes o académicos se sienten incómodos cuando reciben críticas, aunque sean constructivas, y eso significa que hay que cambiar.
Gran parte de nuestra vida adulta está dedicada al desarrollo de rutinas y hábitos confiables que funcionarán sin problemas y de manera predecible para producir los resultados que buscamos. En tiempos de cambios rápidos y turbulencias, lo que funcionó ayer puede no funcionar hoy. Se ha pasado de buscar empleo a través de los periódicos a adaptarse a un entorno multidispositivo, donde el 84% de los profesionales de selección utiliza las redes sociales para reclutar candidatos, por lo que la puerta de acceso a cualquier empresa está abierta, según el Informe Infoempleo - Adecco sobre Redes Sociales y Mercado de Trabajo en España, que trata de analizar el impacto que estas herramientas están teniendo como canales de intermediación laboral entre empresas y candidatos.
Lo mismo ocurre desde el otro lado, el 78% de los candidatos las utiliza para buscar empleo. De hecho, las redes no sólo sirven para encontrar trabajo, sino para conseguir una plaza en una universidad, como ocurre en EEUU. Según el estudio de Kaplan Test Prep, el 40% de los funcionarios de admisiones de las universidades entrevistados admitieron visitar los perfiles sociales en la red Linkedin de los solicitantes. La plataforma modificó en 2013 la edad mínima exigida para los perfiles de EEUU. Desde ese momento la presencia de estudiantes de secundaria en la red aumentó de forma considerable.
La zona de confort, entonces, es a la vez trampa y refugio, y cada uno debe hacer juicios astutos sobre cuándo ir a mar abierto y cuándo descansar fondeado. Hemos llegado a ver el estrés como una mala palabra y por una buena razón, pero un poco de estrés saludable en realidad puede actuar como catalizador para el crecimiento y proporcionar una poderosa motivación para actuar.
"En un mundo cada vez más competitivo, cauteloso y acelerado, aquellos que estén dispuestos a arriesgarse, salgan de su zona de confort y se sientan incómodos ante la incertidumbre serán aquellos que cosecharán mayores recompensas", afirma Margie Warrell, colaboradora de Forbes y autora de Stop Playing Safe. Por ello, se necesita salir de la zona segura y crear una marca personal que nos diferencie.
Es probable que los estudiantes no se den cuenta de que ya tienen una marca personal que se desarrolla todos los días. El objetivo principal de desarrollar la marca personal es diferenciarse de los demás. ¿Qué te diferencia de los otros candidatos? ¿Por qué deberían contratarte? Son preguntas que se deben hacer ya los jóvenes para construir su carrera profesional. La marca personal es un esfuerzo de toda la vida, y en la etapa de escuela secundaria es el momento perfecto para comenzar.
Los logros académicos son solo una pieza de un rompecabezas más grande. Ahora más que nunca, se debe alentar a maniobrar entre la competencia mediante el desarrollo de una marca personal positiva a través de experiencias educativas fuera del entorno tradicional de las aulas. Porque el confort mata la productividad; sin la sensación de inquietud que surge al tener plazos y expectativas que cumplir, tendemos a hacer lo mínimo necesario. La ansiedad óptima es la que provoca que la productividad mental y el rendimiento alcancen su punto máximo.