Por Ricardo Zión, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros de EAE Business School
A mediados de febrero, en el Paseo de Recoletos 10 de Madrid, un centenar de ciudadanos chinos se concentran con pancartas y con gestos contrariados. ¿Estarán celebrando el año nuevo chino?
Están frente a la sede de algunos bancos y protestan contra el bloqueo que la entidad ha ordenado de las cuentas de miles de ciudadanos chinos. Aparentemente hay más de 35.000 ciudadanos chinos afectados, los cuales han estado semanas sin poder acceder, ni utilizar sus cuentas.
¿Se trata de un acto de racismo, como afirman algunos?
La realidad es que las entidades financieras están sometidas a un creciente control en la lucha contra el blanqueo de capitales. Muchos bancos han tenido que pagar multas millonarias por no cumplir rigurosamente con estas normas.
La regulación en materia de prevención de blanqueo lleva a las entidades a tener que operar cada vez más encorsetadas y, como parece en este caso, prima muchas veces más el miedo a ser multado o a salir en los papeles, al sentido común o al negocio.
Ante la lógica reacción de las autoridades chinas, los bancos han tenido que recular y desbloquear las cuentas. El asunto ha rozado el conflicto diplomático y una acción de reciprocidad de China hacia personas y empresas españolas con cuentas en China.
No está la economía española en disposición de poner en peligro las relaciones comerciales con China. Este país es, en estos momentos, la segunda economía del mundo y si sigue creciendo a los ritmos actuales, superará incluso a la americana en unos años.
Las relaciones entre España y China se encuentran en un momento excelente, como se pudo palpar durante la visita a España del presidente chino el pasado mes de noviembre y durante la cual se trató de dar un nuevo impulso a las relaciones comerciales. Además durante esta visita, el presidente Sánchez se posicionó claramente a favor de China en la guerra comercial que mantienen contra EEUU y las políticas proteccionistas de Trump.
El comercio exterior con China se caracteriza por un fuerte déficit en la balanza comercial por parte española, a pesar del crecimiento de nuestras exportaciones experimentado en los últimos años.
Las exportaciones al mercado chino en 2018 se estiman en que ascendieron a aproximadamente 6.300 millones de euros, una cifra solo ligeramente superior a 2017. Las importaciones chinas en 2018 se espera que también hayan experimentado un ascenso de aproximadamente un 3%, superando los 26.300 millones de euros.
Recordemos también que Banco de España se estaba planteando incluir el Yuan en su cesta de monedas.
La medida de tales bancos obedece sin duda a la creciente presión regulatoria y el pánico a multas millonarias, pero probablemente no se haya medido bien el impacto que podría haber tenido en las relaciones entre el gigante asiático y España. No parece que nos podamos permitir perjudicar unas relaciones que van a más y que están atravesando un gran momento.
