Cerrado por vacaciones: Los bancos se ven obligados a flexibilizar sus horarios
23 de Julio de 2020
23 de Julio de 2020
La banca ha sido tradicionalmente un sector en el que los sindicatos han tenido mucho peso y, entre otras muchas cosas, hasta la fecha, habían conseguido defender con uñas y dientes, unos horarios muy rígidos.
Ante el panorama en el que se encuentra la banca en estos momentos, con tipos de interés en negativo y los efectos económicos del covid-19, a los bancos no les queda mas remedio que tratar de facilitar aún mas el servicio a sus clientes. Para ello tienen dos opciones: adaptar el horario de las oficinas a las necesidades de sus clientes e impulsar el servicio online y telefónico.
Tanto las antiguas cajas de ahorro, como los bancos asociados a la AEB (Asociación Española de Banca) están en estos momentos pendientes de negociar sus convenios colectivos. Sin embargo Bankia y Santander se han anticipado firmando sendos preacuerdos con principal foco en los horarios de apertura. Ambas entidades han logrado convencer a los sindicatos de que deben adaptar sus horarios a las necesidades reales de los clientes. Todo esto no les ha salido gratis, ya que por ejemplo Bankia ha tenido que ceder en otras cosas, ampliando el seguro médico a toda la plantilla o diseñando un plan de carrera para todos los empleados de servicios centrales. Para este verano, Santander está pensando incluso en cerrar algunas oficinas con poca demanda durante los meses estivales, cosa inimaginable hasta ahora.
Sin embargo, todas estas medidas no dejan de ser una huida hacia delante. Las principales entidades siguen con sus planes de cierre de oficinas. El cliente medio utiliza cada vez menos la sucursal para sus gestiones bancarias. Los mas jóvenes probablemente no hayan pisado nunca una sucursal.
El confinamiento que hemos vivido por el covid-19 nos ha traído muchas cosas que han venido para quedarse, como puede ser el teletrabajo. El confinamiento nos ha confirmado también que podemos vivir perfectamente sin ir a la sucursal del banco para hacer nuestras gestiones. Y todo ello desgraciadamente en perjuicio de los miles de empleados del sector. Sector que ya ha vivido una autentica revolución industrial, pero que desgraciadamente todavía no ha terminado. Desde 2008 hasta hoy, el número de sucursales ha pasado de 46.000 hasta las 23.000, todo ello con las destrucción de mas de 100.000 puestos de trabajo de los 250.000 que había antes de la crisis financiera de 2008. Y la fiesta sigue, ya que en el entorno actual, el cierre de más sucursales es la única fórmula con la que cuentan los bancos para ser rentables. Tampoco se descartan nuevas fusiones, que llevarán implícitas nuevos cierres y despidos.
Además muchos bancos han rediseñado la imagen de sus sucursales y a veces uno no sabe si está entrando en un bar de copas o en una tienda de electrónica. Muchas se han convertido en auténticos bazares, donde tratan de vender teléfonos, alarmas, televisiones e incluso electrodomésticos.
No se extrañen si este verano se encuentran en su sucursal con el cartel de ´Cerrado por Vacaciones´ o que la sucursal de su lugar de veraneo esté abierta cuando suban de la playa o que la sucursal de su centro comercial tenga prácticamente el mismo horario que el hipermercado.
Pero por desgracia esta flexibilización en los horarios no va a evitar mas cierres de sucursales y la consiguiente disminución de plantilla, tanto de las sucursales, como de servicios centrales. Las víctimas (o agraciados con algún ERE), los de casi siempre: los empleados.