Claves de una posible presidencia de Hillary Clinton
25 de Octubre de 2016
25 de Octubre de 2016
Por Alexandre Muns, profesor del Master en DirecciĆ³n de ComunicaciĆ³n Corporativa de EAE Business School
Las elecciones presidenciales que se celebrarĆ”n el prĆ³ximo 8 de noviembre en Estados Unidos tienen pocos precedentes. Es la primera vez desde 1948 (con la excepciĆ³n de 2008) en que ningĆŗn presidente se presenta a la reelecciĆ³n, ni tampoco lo hace el vicepresidente saliente ni un ex vicepresidente. Estas elecciones son asimismo un reto para el partido DemĆ³crata porque desde 1948 (despuĆ©s de cuatro mandatos de Roosevelt y uno de Truman) nunca han conseguido ocupar la Casa Blanca durante doce aƱos seguidos.
Todas las encuestas otorgan a Hillary una ventaja de entre 7 y 10 puntos sobre Donald Trump. Si el 8 de noviembre efectivamente se imponen Hillary Clinton y Tim Kaine, candidato a vicepresidente y actual senador por Virginia, a Trump y Mike Pence, gobernador de Indiana, los Republicanos habrĆ”n perdido tres elecciones presidenciales consecutivas. Y Hillary Clinton serĆa la primera mujer presidente en la historia de Estados Unidos. Al igual que cada dos aƱos, se renueva asimismo una tercera parte del Senado y toda la CĆ”mara de Representantes, y trece estados eligen gobernador. Los votantes tambiĆ©n elegirĆ”n a los miembros de las cĆ”maras legislativas de todos los estados.
Para muchos estadounidenses, la elecciĆ³n de Clinton constituirĆa algo parecido a un tercer mandato de Obama. En polĆtica exterior y de seguridad, Hillary Clinton adoptarĆ” una lĆnea mĆ”s dura con los paĆses hostiles hacia Estados Unidos. Fue la arquitecta de las sanciones impuestas al rĆ©gimen de Putin a raĆz de su financiaciĆ³n, apoyo y participaciĆ³n en la ocupaciĆ³n de la regiĆ³n del Donbas (en Ucrania oriental), y la filtraciĆ³n de comunicaciones internas de la campaƱa de Clinton realizada por Wikileaks con apoyo de Rusia y sus hackers augura tensiĆ³n entreĀ Washington y MoscĆŗ.
Obama ha querido merecer el premio Nobel de la Paz que recibiĆ³ en 2009. Pero Hillary, en el pasado, ha adoptado posiciones mĆ”s duras (votĆ³ a favor de la invasiĆ³n de Irak), lo que presagia una intervenciĆ³n mĆ”s decidida en la guerra civil de Siria (creando zonas de exclusiĆ³n aĆ©rea) y una continuaciĆ³n de la polĆtica firme ante China. La mayor desviaciĆ³n respecto a la polĆtica de Obama se producirĆ” en el Ć”mbito de los acuerdos comerciales. Hillary se opone al acuerdo de liberalizaciĆ³n firmado por el gobierno de EEUU y 11 paĆses de la cuenca del PacĆfico (TPP) que conjuntamente generan el 40% del PIB mundial y una tercera parte de los flujos comerciales. La administraciĆ³n de Obama destaca que es el acuerdo de liberalizaciĆ³n comercial con mĆ”s garantĆas de protecciĆ³n laborales y medioambientales, tales como la protecciĆ³n de especies amenazadas de extinciĆ³n y la restricciĆ³n de la pesca. Pero el actual clima de oposiciĆ³n a la liberalizaciĆ³n comercial ha propiciado el giro de Clinton, que inicialmente era partidaria del TPP.
Hillary tambiĆ©n darĆ” prioridad a una reforma del sistema de inmigraciĆ³n, que aumentarĆa la cuota de visados otorgados a profesionales extranjeros altamente cualificados (en ingenierĆa, telecomunicaciones, etc.) y abrirĆa un camino hacia la ciudadanĆa a prĆ”cticamente todos los inmigrantes ilegales que ya residen en Estados Unidos. La ex senadora por Nueva York pretende introducir controles en la adquisiciĆ³n de armas de fuego, ampliar las subvenciones y deducciones fiscales a las familias trabajadoras con menos ingresos, incrementar el salario mĆnimo, extender la cobertura mĆ©dica a mĆ”s estadounidenses que aĆŗn no se han podido acoger al Obamacare y otorgar ayudas para abaratar la educaciĆ³n universitaria. Aunque consiga derrotar a Trump, Hillary Clinton tendrĆ” muchos problemas para cumplir con sus promesas electorales si los DemĆ³cratas no recuperan por lo menos el control del Senado. El partido Republicano cuenta con muchas corrientes enfrentadas, pero su odio visceral hacia Hillary Clinton a menudo las unifica. Han obstruido sistemĆ”ticamente el programa legislativo de Obama. No cabe esperar lo contrario si mantienen sus mayorĆas en el Senado y la CĆ”mara de Representantes. Ā Ā