¿Cómo afectará el coronavirus al presupuesto vacacional y al consumo?
28 de Abril de 2020
28 de Abril de 2020
El surgimiento del Covid-19 ha sumergido al mundo en una compleja situación de la que aún no se conoce desenlace. Ante esta incierta situación, diversos investigadores y profesores han puesto sus herramientas profesionales en pro de realizar estudios que permitan arrojar luz sobre lo que está sucediendo y, especialmente, sobre lo que vendrá tras el confinamiento. Este es el caso del profesor del MBA de EAE, Pablo Contreras, quien recientemente publicó un estudio titulado “El impacto del coronavirus en estados de ánimo, hábitos y consumo”.
A través de una metodología digital, Contreras y su equipo dieron con datos no solo interesantes, sino sobre todo útiles para comprender el impacto del coronavirus en la sociedad. Si quieres conocer más, te invitamos a leer la siguiente entrevista.
Pablo Contreras
Consultor, Conferencista y Profesor de EAE Business School
En resumen, ¿en qué consistió el estudio “El impacto del coronavirus en estados de ánimo, hábitos y consumo”? ¿Cómo se realizó?
El estudio respondió a una inquietud mía y de otras personas con las que debatía durante los primeros días del confinamiento sobre cuáles podrían ser las consecuencias de este periodo. Cómo podrían cambiar los hábitos y de qué manera ello podría crear nuevos perfiles de consumidores, y nuevos modos de consumir. A fin de cuentas, esta situación tan traumática que estamos viviendo, con un cambio tan sobrevenido y brusco tendrían que dejar huella en el corto plazo, y seguramente, ello generaría nuevos puntos de vista, nuevas formas de ver las cosas, y en general un escenario nuevo. De ahí surgió la idea de preguntarle directamente a la gente e intentar con ello pulsar el estado de ánimo y los posibles cambios que se pudieran estar perfilando, teniendo en cuenta que estábamos al principio del confinamiento y que habría que ir haciendo un seguimiento más adelante, con más días de confinamiento a las espaldas.
La encuesta se diseñó y se programó en la plataforma de Google Forms, y se difundió a través de redes sociales, y diferentes medios digitales. Llegó a viralizarse, consiguiendo más de 700 respuestas. Yo me dedico profesionalmente a la investigación de mercados y al marketing y siempre había tenido que pagar a empresas para la obtención de encuestas, pero en esta ocasión la respuesta fue sorprendente. La gente tenía muchas ganas de expresarse, sin duda.
¿Cómo explicaría la relación entre estos tres términos: ánimo, hábitos y consumo?
El estado de ánimo es un condicionante claro del comportamiento humano a todos los niveles: cómo actuamos ante diferentes situaciones, cómo tomamos decisiones, cómo pensamos. Así que identificar el estado de ánimo e intentar medirlo me pareció fundamental. Estamos recibiendo un bombardeo de noticias, generalmente muy malas, pero hay algunas que son compensatorias, como la forma admirable en que la mayoría de personas está actuando en esta situación. Asimismo, no a todos nos afecta lo mismo por igual, lógicamente.
Por otro lado, un hábito es un comportamiento determinado que tiene a repetirse ante una determinada situación. Está claro que ahora estamos muy condicionados de manera que debemos cambiar o adaptar comportamientos. La teoría de los hábitos dice que se precisa una repetición de un determinado comportamiento durante un tiempo mínimo de 3 semanas para convertirse en hábito. Dado que vamos a estar confinados claramente más de 3 semanas es lógico pensar que nuevos comportamientos influidos por nuevos estados de ánimo que pueden dar lugar a nuevos hábitos pueden configurar a un nuevo consumidor, que puede cambiar preferencias de productos, formas de tomar decisiones, criterios de decisión, etc. Es algo que hemos visto en el estudio que puede pasar y que tendremos que ver si se confirma más adelante.
En relación a los resultados obtenidos, ¿qué percepción existe del consumo frente al impacto del coronavirus?
Hay diferentes aspectos a considerar. En primer lugar, la gran mayoría de encuestados considera que se empobrecerá por culpa de esta situación y que, en consecuencia, ajustará su consumo a la baja. Lo hará en general, pero especialmente de aquello que no sea básico. También dará más valor a productos o servicios que antes no valoraba tanto, lo básico una vez más cobrará valor. Habrá productos o servicios que se verán más afectados que otros, por ejemplo, el turismo o los productos premium.
En menor medida lo relacionado con el deporte o la alimentación equilibrada, lo que sugiere que para nosotros se acerca a un concepto de lo básico. Parece claro que nos volveremos más cuidadosos con el gasto, miraremos más el precio y compraremos de forma más racional. También parece que compraremos más online y que le daremos más valor a lo relacionado con la seguridad y la higiene. Pero todo esto son tendencias incipientes que habrá que ir confirmando con más estudios.
Un sentimiento que emerge en el estudio con fuerza es la incertidumbre, muy mayoritaria. Y es bien sabido que, a mayor incertidumbre menos gasto. Se posponen compras de envergadura y menos importantes o más “de capricho”.
Según el estudio, el presupuesto vacacional es uno de los puntos que se verá más afectados por el impacto del coronavirus. ¿A qué cree que se deba esto? ¿Cómo se compara el presupuesto vacacional con el de eventos deportivos?
Mucha gente considera que las vacaciones son una de las partidas que se deben ajustar, entre otras cosas porque no está claro que se puedan hacer. No se ha determinado con esta oleada del estudio que el recorte en el presupuesto signifique no hacer vacaciones, hacerlas más cortas, más austeras o nacionales en lugar de internacionales. Se intentará averiguar en una nueva oleada que queremos hacer próximamente.
En cuanto al gasto en deportes en general, el estudio parece sugerir que este concepto es importante, tanto en lo que se refiere a eventos como a práctica directa. Intentaremos cuantificar estos puntos con mayor precisión en la mencionada nueva oleada.
Hablemos del ánimo, ¿cuál es, según los resultados obtenidos, el estado de ánimo predominante? ¿Cómo impacta en la economía?
El estado predominante es la incertidumbre con un 64% de encuestados. Muy por encima de la tristeza o de la inseguridad. Es indicativo del desconocimiento sobre qué pasará en el futuro, y aquí se activan los mecanismos de alarma y de prevención tan estudiados en neurociencia. Así que tendemos a preservar lo que tenemos por si lo podemos necesitar más adelante. Es decir, nuestro dinero, con lo que tenemos un efecto claro en el consumo que tenderá a la baja como ya sugiere el estudio. Si a esto añadimos las noticias predominantes sobre un impacto brutal en la economía esta incertidumbre puede llegar a convertirse en temor, algo que intentaremos averiguar. Y todo ello, obviamente no invita al consumo, más bien al contrario. Lo lógico es que veamos aumentar la tasa de ahorro en los próximos meses.
Hay una interesante paradoja en los resultados: la incertidumbre ha obtenido un 64%, pero casi un 50% de los encuestados dice sentirse animado. ¿Qué conclusiones se podrían deducir de esto?
Son estados de ánimo diferentes. El sentirse animado tiene que ver con la resiliencia y el sentirse acompañado o reconfortado. También tiene que ver con un rasgo del carácter español que nos definen. Además, podemos sentir incertidumbre, pero también tenemos relativamente cerca una fuerte crisis económica que en cierta medida nos ha “curtido”, nos ha hecho más resistentes. De hecho, la gente más joven se siente menos animada y más triste que la gente mayor lo cual es coherente con esta explicación. Más has vivido, más te has “entrenado para estas situaciones”. Pero ello no quita que tengas incertidumbre cara al futuro. Hay que tener en cuenta que la incertidumbre tiene un mayor componente racional que el sentirse animado o no.
¿Qué hay de la juventud? ¿Cómo se diferencia el estado de ánimo en jóvenes frente al de personas mayores?
Pues se constata que en general los jóvenes están más afectados por estados de ánimo “negativos” que la gente más mayor. Por ejemplo, sólo un 26% de jóvenes de hasta 25 años se siente animado, por un 50% de mayores de 55 años. Un 33% de jóvenes siente temor por un 23% de mayores de 55. Un 71% de jóvenes siente incertidumbre por un 64% de mayores de 55. En general, parece que la edad otorga mayor resiliencia, es el resultado de “haber vivido más”.
Finalmente, ¿cómo cree que cerrará el año en términos de consumo, ánimo y hábitos?
Es difícil, y obviamente todo estará condicionado por la solución sanitaria al problema. Organismos de mucha solvencia hablan de caídas en el PIB que no se conocían desde hace décadas. Todo ello basado en un escenario de no solución definitiva del problema sanitario hasta dentro de al menos un año. Mientras no tengamos esta solución sanitaria, llámese antiviral eficaz o vacuna, la espada de Damocles del virus penderá sobre la economía y también sobre el estado de ánimo y los hábitos. Seremos más cautos con la distancia social, trabajaremos de forma diferente, compraremos de forma diferente, y los servicios que tengan precisen compartir espacios por mucha gente se verán muy afectados.
Los cambios serán de calado y ello afectará a la forma en que nos relacionemos lo cual sin duda también afectará a nuestro estado de ánimo. Veremos cuán resilientes somos y cómo nos adaptamos a la situación. Yo por naturaleza tiendo a ser optimista, así que espero que la recuperación llegue en la medida en que nos adaptemos a este nuevo escenario. Quizás cambios que muchos pensamos que son necesarios se produzcan de una vez por todas. En cualquier caso, será duro pero apasionante.