Cómo mejorar tu capacidad cerebral y tu memoria

¿No es increíble la capacidad de algunos camareros para recordar todo un pedido sin tomar nota? A la empresa de análisis Gallup, este hecho le pareció tan interesante como para hacer un estudio y ofrecer una suculenta recompensa para el camarero capaz de recordar 500 nombres con sus respectivas consumiciones. Años más tarde, una mujer inglesa batería todos los registros y se llevaría el premio gordo al firmar la cifra de tres mil bebidas recordadas.

El estudio ofrece una conclusión: la capacidad cerebral se desarrolla cuando se ejercita. La constante rutina de comandas de los camareros provoca que su memoria se desarrolle cada vez más. Al día de hoy, muchos, conscientes de esta habilidad del cerebro, intentan llevar su capacidad al máximo. Incluso existen competiciones donde las mejores mentes del mundo se ponen a prueba entre sí, consiguiendo resultados inimaginables para cualquier humano.

¿Eres consciente de todos los beneficios de tener una capacidad mental desarrollada? Ser capaz de recordar todo, poder leer más rápido, mejorar en nuestro trabajo, en nuestros estudios… Un cerebro más desarrollado es capaz de interpretar todas las señales que recibe en mucho menos tiempo. Nosotros no hemos querido quedarnos con las ganas de conocer todos estos beneficios, por lo que hemos pedido ayuda al mejor memorizador del mundo. El 10 veces campeón mundial de memoria rápida, Ramón Campayo, nos ha concedido una entrevista en la que nos deja muchos tips que nos ayudarán a conseguir una mejor memoria y a potenciar nuestro día a día.

Una buena memoria, al alcance de todo

“Todo el mundo nace con una determinada memoria basal y esa memoria se ejercita enseguida desde niños, según los gustos, preferencias e inclinaciones, de forma que personas más auditivas desarrollarán una mejor memoria para recordar las canciones; otras personas recordarán mejor las caras; otras, los viajes, las películas, etc. De todas formas, el factor entrenamiento es absolutamente determinante y debe ir encaminado, por una parte, a incrementar la velocidad de memorización (que únicamente es eficaz si es rápida) y, por otra , la retentiva, para poder controlar durante mucho tiempo aquella información ya memorizada.”

Los errores más comunes

“El error más frecuente y nocivo es querer memorizar línea a línea, tratando de repetir lo que se acaba de leer. Aunque, realmente, lo más grave es no tener técnica. Ello implica mucho desgaste, mucho tiempo delante de los libros para solo obtener, a posteriori, un resultado mediocre. “

Por otro lado, existen las personas que incluso teniendo unas buenas habilidades cerebrales, son incapaces de aprovecharlas por su dificultad para concentrarse. Ramón les da la solución:

“Tan sencillo como mejorar la técnica de memorización para que esta sea eficaz y divertida. Nadie tiene problemas para concentrarse en ver una película que le gusta.”

Empecemos a trabajar nuestra habilidad para memorizar:

1. Si lo mismo de siempre no funciona…

El investigador de la neurociencia del aprendizaje Ulrich Boser, reveló en una entrevista para The Atlantic que las técnicas más habituales no son las más eficientes. Si eres de los que subraya con mil colores y releer los textos una y otra vez, presta atención: Deja a un lado esas técnicas y céntrate en otras como realizar autoexámenes. Intentar encontrar la información en tu cabeza mejora tu retención y hará que la próxima vez que la busques la encuentres mucho más rápido.

Ramón también nos descubre otros métodos para mejorar nuestra memoria:

“Por un lado existe la parte técnica, donde se trabaja con la visualización, la asociación, los casilleros mentales, etc. Y, por otra, la que concierne al entrenamiento. Del mismo modo que no se concibe que un atleta mejore si no entrena, las capacidades mentales, que son más agradecidas que el cuerpo, también deben entrenarse y desarrollarse: la lectura rápida, la velocidad de procesamiento mental, la retentiva, la imaginación, etc.”

2. Como las estanterías de Inside Out

En la famosa película de Pixar los recuerdos se representaban como bolas ordenadas en un cerebro lleno de estanterías. Algunas estaban muy a mano y otras apenas visibles. Es lo que plantea Ramón a la hora de intentar memorizar.

“Es fundamental ordenar la información, para eso están los resúmenes. Hacer mapas mentales y trabajarlos fotográficamente también nos ayudará”

3. Con nuestras propias palabras

“Tras leer un apartado completo o un resumen, repítelo con tus propias palabras. Si eres incapaz de esto es porque el tema está mal ordenado o porque no lo entiendes.”

El consejo de Ramón se ve respaldado por diferentes estudios. En un experimento actual de Psicología Cognitiva Aplicada se les propuso a 124 estudiantes leer un texto sobre el efecto Doppler para después impartir una clase sobre ello, la mitad ayudándose de notas y la otra mitad sin nada. Una semana después, hicieron un examen sobre el tema en cuestión. Los resultados mostraron que los alumnos que habían impartido las clases sin apuntes sacaron mayor puntuación. Explicar el tema con sus propias palabras y tener que buscar la información en su cerebro ayudó a que esta quedase mejor asimilada.

4. El cemento se hace fuerte cuando se deja de mover

Ramón remarca la importancia que tiene el descanso en una buena memorización:

“Es recomendable descansar unos minutos por cada 30 de estudio. Por otro lado, el día antes de una prueba, el descanso es todavía más necesario. Es importante ir con ganas, sin fatiga. Lo más que se puede hacer es preparar el material que necesitemos para ese día, bolígrafos, documentación varia, etc.”

Una vez más, la ciencia avala los consejos de Ramón. Los psicólogos Müller y Pilzecker comprobaron en sus numerosos estudios los beneficios que tiene el descanso para la consolidación de la información. Los participantes de los ensayos mejoraron su memoria al quedarse en una habitación a oscuras después de recibir la habitación durante unos minutos. Incluso, enfermos de alzheimer mejoraron su capacidad para recordar del 7 al 79%.

Disfrutar de los beneficios de una buena memoria está al alcance de cualquiera. Para ello, solo debes leer este artículo y quedarte en una habitación a oscuras durante unos minutos.

Artículo escrito en colaboración con: Ramón Campayo.