Día 2 – Que la inspiración te pille trabajando (con papel y boli)
25 de Mayo de 2021
25 de Mayo de 2021
Los grandes creadores (hablamos de escritores, artistas, pintores…) trabajan con ideas en bruto, fruto exclusivo de su imaginación. Pero ellos mismo saben, llegado el momento, bajar una idea a tierra, darle forma física: un verso concreto, una tonalidad en la paleta o aquella nota exacta que ya había sonado en la cabeza del compositor. “Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando”, decía Picasso. ¿Quién más grande que él?
Esa es, grosso modo, la actitud que busca un Design Sprint en su segunda jornada. Si en el Día 1 la imaginación en bruto ocupaba nuestro quehacer, incluso soñando con las lagunas que una empresa surgida de nuestra cabeza pudiera rellenar en el mundo del futuro, el Día 2 nos obliga ya a meter las manos en la masa: a bocetar, idear, dibujar… De entrada, de forma individual, buscando cada integrante del equipo la mejor solución que resuelva los problemas con que nos enfrentaremos, para luego compartir, debatir y elegir entre los distintos modelos.
En el Design Sprint de EAE, esta fase se abordó en 5 pasos:
1 - En búsqueda y captura de la chispa.
De la misma manera que lo hacen las chispas eléctricas, las ideas se encienden unas con otras. Un equipo es la suma de sus partes, más el añadido de esa propia suma. Es decir, todos aportan porque ocho ojos ven más que dos y cuatro cabezas a tope de revoluciones se retroalimentan. Pero, además de nuestras propias cabezas, siempre ha habido alguien que haya pensado y afrontado antes problemas similares. Por eso, el Día 2 arranca con “Lighting Demos”, una búsqueda ajena de la inspiración. Para ello, acudimos a trabajos que empresas de otros sectores ya han llevado a cabo. De manera individual, buscamos referentes externos, analizamos sus disyuntivas y el modo en que las resolvieron. ¿Qué podemos aprender de ellos?
2 - Ideas sin freno.
La inspiración siempre da pie a la ideación. El segundo paso del Día 2, por tanto, es el “Note Taking”. En el momento que hayamos organizado la información recogida en el proceso de inspiración colectivo y analizado la problemática a la que se enfrenta nuestro User Persona, empezamos una de las fases más apasionantes, la de ideación, la materialización en bruto y bocetada de la idea.
Aquí entra en juego el famoso folio en blanco, el potro de tortura de los escritores pero también su mejor cómplice. En pleno “brainstorming”, escribimos sin miedo todas y cada una de las ideas que se nos ocurran. Sólo podemos usar palabras. Palabras que, una vez materializadas en el papel, con boli (sí, así de analógico) expandirán aún más nuestro modo de ver las cosas y nos prepararán para poner en común conceptos.
Para Patricia Gallego Chacón, estudiante del Máster en Customer Experience & Innovation y participante del Design Sprint EAE, este paso le dio la oportunidad de recopilar y organizar todo el material e información de la jornada anterior y ver con más claridad las ideas del grupo. “En general todas íbamos en la misma dirección, pero con matices que fuimos limando en fases posteriores”, comenta.
3 - Darle vida a la creatividad.
De escribir pasamos a dibujar. Nuestra idea necesita tomar cuerpo, forma definida. Es preciso visualizar las cosas para sentir que, efectivamente, son reales. No todos tenemos la capacidad de transformar en líneas, rectas y curvas las ideas que bullen en nuestra cabeza, pero no se trata de aptitudes sino de actitud: lanzarse a “crear” sobre el papel las ideas más allá de la calidad de las imágenes.
De este modo, un concepto etéreo pasa a formar parte de algo parecido al guión de una película, o, mejor aún, al “storyboard”. Ya, por fin, visualizamos los productos, servicios, canales, procesos e incluso la manera en la que nuestro cliente asume lo que le estamos entregando. La imaginación es fundamental para poder plasmar, sólo en imágenes y de una forma entendible, lo que se ha escrito. No es necesario ser Picasso, sólo romper el tabú, lanzarse a crear.
4 - Ideando funcionalidades.
Tratando de inspirarnos todavía más, revisamos todos los dibujos del paso anterior hasta encontrar la idea (funcionalidad) que más juego nos pueda dar. Una vez encontrada, volvemos a dibujar esa idea pero en esta ocasión 8 veces, cada una de ellas distinta a la anterior.
Es lo que conocemos como “Crazy 8’s”, que nos permite obtener 8 prototipos de una misma idea. A partir del objetivo del primer día, añadimos perspectivas, enriquecemos el conjunto. “Llegado a este punto, la inspiración nos había poseído”, comenta Patricia.
5 - Un paso más cerca de que nuestra idea se haga realidad.
“Las ideas no duran mucho, hay que hacer algo con ellas”, decía el Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal. Ya las tenemos en forma de palabras e incluso diseminadas en dibujos blanco sobre negro en el folio. Pero para que el storytelling adquiera profundidad, hay que ir más allá, un último paso en la ideación que nos permita hacer converger la inspiración varia.
Tres paneles sirven de guía para completar el trabajo del Día 2:
“Idear es una parte muy bonita de los procesos de diseño que te permite crear, divertirte y, ¿por qué no?, jugar”, concluye Patricia. Y es que una idea sola, sin un diseño detrás o una manera de plasmarla aunque sea un simple croquis, es un elemento incomunicable a los demás y, por tanto, imposible de llevar a la práctica. Tan importante es la idea como el modo en que la expresamos hacia nosotros mismos y hacia los demás.
Artículo en colaboración con
Santiago Tobón Tobón - EAE Emprende
Patricia Gallego Chacón - Estudiante del Máster en Customer Experience & Innovation