Día 3 – Toma la papelera: vamos a descartar
04 de Junio de 2021
04 de Junio de 2021
“La papelera es el primer mueble del estudio del escritor”, decía Ernest Hemingway. No en balde, su estilo es famoso por lo depurado y sintético, algo que no se logra, aunque pueda parecerlo, de manera sencilla sino descartando y cortando desde el primer borrador y así sucesivamente. El tercer día del Design Sprint de EAE podría perfectamente inspirarse en esta máxima del Premio Nobel norteamericano, que hace de la papelera un aliado y no un enemigo en el proceso general de creación.
Para que un proyecto de emprendimiento resalte entre las numerosas propuestas e iniciativas que pueblan este mundo tan competitivo, primero hay que saber armarlo, trabajándolo a fondo para limar sus puntos flacos e ir alcanzando una dirección clara y sencilla que podamos comunicar a los demás. En las jornadas previas, hemos imaginado y bocetando nuestra idea. Ahora, es preciso confrontarla y contrastarla con la de los compañeros de equipo. De esa sana competencia, saldrá una dirección común. El Día 3 se resume en estos cuatro pasos.
Sí, de museos, pero sin necesidad de ir muy lejos. Las ideas que hemos bocetado en el Día 2 del Design Sprint, primero con palabras y luego con imágenes, son ahora nuestra carta de presentación. Es necesario exponer estos mismos bocetos y que se encuentren con la opinión y el trabajo de los demás. No hay que tener miedo a contrastar ideas. De manera, que colgamos los dibujos con cinta adhesiva y todo el equipo “paseará” por esta galería de bocetos, parándose ante sus “obras” preferidas, llevándose la mano al mentón ante aquellos dibujos que haya que mejorar.
De esta observación, saldrán caminos insospechados, confluencias que enriquecerán el proyecto inicial. Y para eso es necesario decidir qué nos atrae, al igual que un museo. Todos hemos ido al Prado y hemos visto cómo los visitantes se agolpan frente a Las Meninas de Velázquez, la estrella indiscutible de la pinacoteca. Si alguien tomara la temperatura general del museo, vería que el calor se concentra especialmente hacia el fondo de la Sala 12. Con nuestros bocetos realizaremos también un “mapa térmico”. Cada uno colocará pegatinas marcando las partes de los bocetos de sus compañeros que más les gusten. Al final, obtendremos un mapa de calor que reflejará las partes y características que más interés han despertado entre todos.
Entender qué hace atractiva a una idea, una persona o una imagen no siempre es fácil. Pero precisamente saber explicarlo es el camino para hacerse con el secreto de lo interesante. ¿Por qué, en nuestro museo improvisado, hemos decidido pararnos más tiempo en una u otra pieza? Entre todos los integrantes del equipo, estudiarán las partes de los bocetos que más han llamado la atención. Ponerlo en común ayudará a alinear el entendimiento del grupo en la misma dirección. Finalmente, votaremos la solución completa que más consenso ha suscitado.
En base al concepto que más ha llamado la atención del equipo, cada uno de sus integrantes, de nuevo por separado, hará una animación del proyecto. Un storyboard de seis cuadros con ideas nuevas de su propia cosecha que complementen las características que puedan faltarle al diseño elegido. Un avance iterativo en el que a las ideas, que ya hemos depurado previamente, se van sumando otras, para enriquecerlas antes de un nuevo proceso de descarte y compendio.
Una vez desarrollados los storyboards, los miembros del equipo seleccionan el que más les gusta, explican el porqué de su decisión y de nuevo el líder selecciona la opción ganadora. Y otra vez a guionizar: añadiremos dos campos más al nuevo storyboard y repetiremos el proceso: votación individual, explicación del voto y decisión del líder sobre la propuesta ganadora. El objetivo final: lograr un storyboard ampliado y consensuado por todos. Los sucesivos filtros harán el trabajo de la depuradora de agua, dejando lo prescindible a un lado, hasta hacer que la idea luzca cristalina.
Esta metodología del Día 3, explica Víctor Mur, participante en el Design Sprint EAE, “nos ha permitido al equipo elegir finalmente la idea a prototipar mediante la agregación de características de otras ideas que han sido descartadas y las nuevas surgidas por la interacción y comunicación del equipo Cada paso, tomamos una idea y desechamos cinco”. Pero, algunas de las ideas descartadas anteriormente, gracias a este proceso iterativo, regresan, mejoradas, en las sucesivas etapas. La divergencia, opina Víctor, “nos permite enriquecer las ideas de negocio”. No hay que tener miedo ni a exponer nuestras preferencias ni a someternos a la valoración de los demás. En eso consiste, ni más ni menos, el trabajo en equipo.
Artículo en colaboración con
Santiago Tobón Tobón - EAE Emprende
Víctor Mur - Estudiante del Executive MBA