Digitalizarse o morir
11 de Abril de 2017
11 de Abril de 2017
Por: Noelia García, periodista de El Economista
Los nuevos perfiles laborales que habrá en 20 años necesitarán nuevas competencia digitales que aún no sabremos en este segundo. De hecho, habrá dificultades para buscar profesionales que estén formados en tecnología, ingeniería y marketing. Los estudios de la Unión Europea cifran en 800.000 las vacantes laborales que puede haber en 2020 por carecer de este tipo de habilidades. No obstante, la formación, las cualidades de cada persona, y su trayectoria también influirán en sus posibilidades a la hora de encontrar trabajo. En tres años, ya se van a requerir otras habilidades de mayor importancia como el pensamiento crítico y la creatividad, según un estudio del World Economic Forum. Las tendencias están cambiando y el mercado laboral no girará, por mucho tiempo, en torno a carreras sino a habilidades (trabajo en equipo, la capacidad de improvisación y la agilidad mental).
La transformación tecnológica, que también ha hecho que se renueven los programas de las universidades (públicas y privadas) y escuelas de negocio (nacionales e internacionales), nos lleva a mirar a la Inteligencia Artificial, Chatbots y Robots, Apps, Realidad aumentada, 3D, códigos BIDI o M – learning. Asimismo, no sólo se debe mirar a las competencias digitales o tecnologías que se puedan dominar, si no, valorar también las cualidades humanas que no serán fácilmente reemplazables por los robots en un futuro. Atrás ha quedado el ideal del profesional, de pasar toda su vida en un mismo puesto de trabajo, ahora los jóvenes prefieren carreras con múltiples empleadores, que hagan sobreponerse ante situaciones difíciles, alejados de la zona de confort, donde necesiten desarrollar su capacidad de aprendizaje para adquirir habilidades que les permitan seguir siendo relevantes.
Tener una visión global, dominar varios idiomas, dominio del big data, alfabetización mediática, disciplina transversal, pensamiento crítico, creatividad, gestión del conocimiento o ser capaz de trabajar con la incertidumbre actual son valores que el mercado ya demanda. A nivel tecnológico, las capacidades y habilidades más importantes que destacan son el lenguaje del código, STEAM (Science, Technology, Engineering, Maths and Art y Design), Design Thinking (metodología para desarrollar la innovación centrada en las personas, se centra en el proceso de diseño, dejando en un segundo plano el producto final), Mindful Learning (concentración de la atención y la conciencia, basado en la conciencia plena de la meditación budista), Responsabilidad Social, Majority of Minorities (mayoría de las minorías), Soft Skills (habilidades sociales que están relacionadas con la inteligencia emocional, y que es el conjunto de rasgos de personalidad, comunicación, lenguaje, hábitos personales, amistad y optimismo que caracteriza a las relaciones con otras persona ) y Blockchain/Bitcoin (cadena de bloques, base de datos compartida que funciona como un libro para el registro de operaciones de compra-venta o cualquier otra transacción).
Asimismo, los expertos de reclutamiento también demandarán profesionales creativos que fomenten la diversidad, nuevos enfoques e ideas fruto del entusiasmo de los jóvenes. Porque además, hay que destacar que estas nuevas habilidades, que van en consonancia con la globalización, corresponden a nuevas generaciones (Zeta, milennials…) y están dibujando un escenario sin precedentes. Por su parte, las tareas de las empresas también son claras: crear equipos de trabajo en base a los nuevos perfiles digitales y fomentar una cultura corporativa que promueva la agilidad y el engagement de los empleados.
El éxito del profesional de los próximos años viene dado por el aprendizaje, el reaprendizaje, la evolución y, sobre todo, la adaptación a los nuevos entornos hostiles, donde serán fundamentales las habilidades y los conocimientos en áreas digitales. La productividad y la predictibilidad serán las palancas para alcanzar la competitividad en el mercado laboral.