EducaciĆ³n emprendedora
02 de Abril de 2018
02 de Abril de 2018
Rafa Bernardo, periodista de Cadena Ser
Le guste a uno o no, el fenĆ³meno del emprendimiento ha venido para quedarse: la palabra "emprendedor" estĆ” ya plenamente consolidada en el habla cotidiana, cada vez mĆ”s personas que antes se habrĆan definido como "empresarios" o "autĆ³nomos" prefieren ahora la etiqueta de "emprendedor" y su presencia cultural y mediĆ”tica estĆ” completamente normalizada. Cuando una realidad asĆ se estabiliza, naturalmente tiene que darse una respuesta institucional a las necesidades y demandas del colectivo, y una de las cuestiones pendientes es el encaje del emprendimiento en el sistema educativo.
Podemos hacer caso omiso de esas voces hiperbĆ³licas que reclaman educaciĆ³n empresarial en la escuela; hay muchas cosas mucho mĆ”s importantes que aprender en esas etapas. La formaciĆ³n deberĆa llegar cuando es mĆ”s necesaria: cuando uno se acerca al momento de decidir quĆ© tiene que hacer con su vida. SegĆŗn el informe GEM, un poco mĆ”s de la mitad de las personas que estĆ”n pensĆ”ndose emprender o que acaban de empezar a hacerlo han recibido algĆŗn tipo de formaciĆ³n especĆfica para lanzar un negocio; esto āvisto del revĆ©s- quiere decir que casi la mitad de las personas que estĆ”n a punto de dar el salto o que lo acaban de dar lo hacen sin formaciĆ³n suficiente: una situaciĆ³n inaceptable, que pone en peligro su seguridad econĆ³mica y la de sus familias.
Entre esos mismos grupos de emprendedores, los que se estĆ”n planteando serlo y los que acaban de empezar, son mayorĆa los que tienen educaciĆ³n superior y postgrado, lo que tiene que llevarnos a preguntarnos si la universidad espaƱola estĆ” ocupĆ”ndose bien de su preparaciĆ³n. El Perfil Emprendedor del Estudiante Universitario nos dice que un tercio de los estudiantes se plantea crear una empresa, pero solo uno de cada cinco ha estado en contacto con algĆŗn centro o programa de apoyo a emprendedores y solo uno de cada seis ha recibido formaciĆ³n relacionada con la puesta en marcha de una empresa. Parece que el apetito emprendedor de estos jĆ³venes no se ve correspondido del todo por los mecanismos institucionales actuales, sin por ello hacer de menos el fuerte impulso en materia de programas, viveros de empresas, plataformas de investigaciĆ³n, aceleradoras, premios y spin-offs que se ha desarrollado en las universidades espaƱolas en los Ćŗltimos aƱos.
HabrĆ” quien diga que no es el papel de la Universidad preparar a los estudiantes para el mercado laboral, pero esa antigua argumentaciĆ³n, ya muy cuestionada antes de la crisis, ahora sencillamente no se mantiene. El fenĆ³meno del emprendimiento no es una moda pasajera, y la educaciĆ³n superior tiene que pasar de estudiarlo (mediante las numerosas y muy solventes CĆ”tedras que han surgido en los Ćŗltimos aƱos y a las que debemos estupendas monografĆas sobre el tema), a participar en Ć©l. Si las Universidades han de estar en la punta de lanza de la investigaciĆ³n, la tecnologĆa y las ciencias aplicadas, es claro que hay importantĆsimas oportunidades y posibilidades en desarrollar un mejor entendimiento con el ecosistema startup. El camino ya estĆ” abierto, porque en los Ćŗltimos aƱos las Universidades espaƱolas han hecho un notable esfuerzo por ponerse al dĆa; ahora, hay que seguir recorriĆ©ndolo.