El año del gallo
06 de Febrero de 2017
06 de Febrero de 2017
Por: Martí Pachamé, profesor del Máster en dirección y gestión financiera y MBA de EAE Business School
El año 2017, según el horóscopo chino, estará caracterizado por la rectitud y la justicia. En relación con la política, pronostica una atmósfera "eléctrica que será una fuente de tensión" y que se expresará en "representaciones teatrales, viriles – y estériles – de los principales líderes mundiales". En lo relativo a la economía, estará caracterizado por "el éxito en los proyectos desarrollados con paciencia y, a menudo, en solitario".
El año que termina, según la cronología china, ha traído la desaceleración, la debilidad de la divisa y un presidente anti-China. Esto ha provocado que las acciones de las empresas chinas listadas en la Bolsa de Hong Kong, las denominadas H-Shares, hayan caído durante el 2016 un promedio del 5%.
Este ligero descenso oculta la fuerte volatilidad experimentada durante 2016, puesto que en los primeros meses del año las acciones cayeron en torno al 20% debido al miedo sobre la evolución de la economía china. Las acciones cotizadas en la Bolsa de Shanghai, las A-Shares, cayeron en el mismo periodo un 12%.
Los cuatro grandes retos que esperan los analistas del mercado chino para 2017 giran sobre cuatro elementos: a) un yuan más débil, b) la posibilidad de una guerra comercial con los EE.UU., de complicada evaluación, puesto que es demasiado pronto para obtener conclusiones, c) la desaceleración del mercado inmobiliario y d) el lanzamiento del nuevo proyecto de bolsas interconectadas, el Shenzhen-Hong Kong Stock Connect.
Pese a que no hay unas expectativas de crecimiento, como las que existían hace unos años (ya no hablamos de crecimiento de dos dígitos), se espera que la economía china crezca en torno al 6–6,2%, ligeramente por debajo del crecimiento de 2016, que fue de un 6,7%. Pese a todo, es un crecimiento razonable. También el último trimestre nos ha aportado un repunte del mercado inmobiliario, aunque puede que no sea suficiente para consolidarse de forma definitiva, puesto que la caída que se arrastraba en el 2016 en el precio de la vivienda de las principales ciudades era del orden del 30%, por lo que es, incluso, natural cierto repunte a final de año y faltará por ver si éste se mantiene durante 2017.
Los analistas del HSBC no esperan nuevas caídas en los precios a corto plazo y desde Nomura se aconseja entrar en el sector inmobiliario con cierta cautela.
Hay ciertas presiones inflacionistas derivadas en parte de la devaluación del yuan, un 6% respecto al dólar en 2016, y del encarecimiento de las materias primas. La política de tipos por parte del Banco Central Chino ha sido mantener el tipo de intervención en mínimos de los últimos años, el 4,3%, con la intención de reactivar la economía. Hay cierta salida de capitales derivada de la compra de deuda de EE.UU., debida a la expectativa de una mayor apreciación del USD respecto al CNY (un 5,3% adicional hasta los 7,3 yuanes por dólar) y por ello los tipos interbancarios han repuntado en los últimos meses de 2016.
Una de las principales sombras de la economía china sigue siendo el elevado endeudamiento de las empresas. La deuda china en porcentaje del PIB es del 255%, correspondiendo un 169,1% a las empresas, un 40% a las familias y otro 40% al Estado. Si no se cumplieran las expectativas de crecimiento, podría haber importantes problemas de quiebras empresariales.
Un capítulo aparte merece el proyecto de conexión de las bolsas de Hong Kong y de Shenzhen. Este proyecto hace que más de 800 empresas pasen a cotizar en ambos mercados, lo que permitirá un mejor acceso a sus mercados on-shore donde cotizan sus A-Shares. Esto va a permitir que estas acciones pasen a formar parte de los índices MSCI en los próximos 2 años y abran nuevas oportunidades que hasta ahora estaban vedadas para la inversión extranjera. Un proyecto éste llevado con mucha paciencia que puede tener éxito en un año propicio para ello, el del gallo.