El futuro del trabajo será sostenible o no será

Era 1962 cuando los Supersónicos llegaron a nuestras pantallas mostrándonos un futuro que veíamos muy lejos. Pero, ¿realmente estaba tan lejos? Han pasado 59 años desde su estreno y podemos decir que, por improbable que parezca, nuestra vida se parece a la de los personajes de la serie mucho más de lo que creemos. No nos hubiéramos imaginado dejando de ir a la oficina para trabajar desde casa, practicando ejercicio gracias a un directo de Instagram o incluso haciendo una consulta médica por videollamada.

El caso es que, de la misma manera que le ocurre a la rana en el agua hirviendo, muchos de los avances tecnológicos que han pasado a formar parte de nuestra realidad y damos por hechos, en realidad se han ido adoptando progresivamente. Esa es la naturaleza del cambio, incrementalista, progresiva y muchas veces fulminante. Pese a que determinadas tecnologías (como por ejemplo, Google Maps) lleven pocos años existiendo, ya no sabríamos cómo vivir sin ellas.

Persona con gafas de realidad virtual al aire libre.

Lo mismo ocurre con el trabajo, las distintas competencias digitales son un must, algo esencial como lo fue en el pasado saber enviar un fax, tener el permiso de conducir o dominar el paquete Office. Pero en el futuro no todo será tecnología. El entorno laboral de los próximos años estará fuertemente marcado por los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que a día de hoy ya están transformando tanto las propias organizaciones, sus procesos y relaciones, como la forma en la que trabajamos.

Juanma Chicote, director de Personas de Grupo DKV Seguros, Ruth Hernández, directora de Operaciones y Transformación de la Gestión de Personas de Acciona y Jaime Sol, socio director del área de People Advisory Services de EY, ofrecieron una serie de claves para adentrarnos en el futuro del mercado laboral y su vinculación con los objetivos de sostenibilidad durante la mesa redonda organizada por EAE ‘Sostenibilidad y ODS, claves del trabajo del futuro’.

¿Cuáles serán las 3 claves principales para un futuro sostenible?

 

1. La tecnología, imprescindible pero no suficiente: una parte del todo.

 

Para Juanma Chicote, ambos factores deben convivir y ser objetivos primordiales dentro de cualquier organización. Así, en DKV Seguros el conocimiento en la gestión de datos y las metodologías ágiles forman parte del ADN de la empresa, en la que se utilizan procedimientos orientados a OKRs (Objetivos y Resultados Clave), pero al mismo tiempo se trabajan objetivos ODS que ponen el foco en el desarrollo sostenible y el medioambiente.

Ruth Hernández (Acciona), asegura que aunque llevan 20 años trabajando en la creación de infraestructuras sostenibles, la pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de acelerar más dicha creación. Esto se debe a la velocidad cada vez mayor en que se producen los cambios a nivel mundial. Por ello, trabajan en dos vertientes de aceleración: por un lado, asegurar que sus proyectos se gestionan de forma más digital e innovadora y, por otro, que sean sostenibles.

Por su parte, desde EY señalan que en el principal propósito de la compañía, construir un mundo laboral mejor, la tecnología ocupa un papel fundamental pero no suficiente. Los conocimientos y las habilidades tecnológicas se tienen que complementar con una formación humanista que ponga a las personas en el centro de las organizaciones y que contribuya a la sostenibilidad de las mismas. Por ello, llevan años analizando qué objetivos y métricas deben cumplir las empresas para crear valor neto a largo plazo o, lo que es lo mismo, para crear más que lo que se destruye.

En un entorno de cambio cada vez más acelerado por la llegada de procesos de automatización e Inteligencia Artificial, el uso de la tecnología se ha convertido en una habilidad esencial dentro de las empresas.

2. Empresas con propósito, que van más allá.

 

Si la tecnología está cambiando radicalmente la gestión del talento en las organizaciones, el cambio climático y los objetivos ODS están creando una nueva “empleabilidad sostenible”. Las empresas actualmente no solo deben crear empleos, sino, sobre todo, ofrecer un propósito para lograr atraer y retener talento.En este contexto, el valor que aportemos cada uno a la consecución de esos objetivos se convierte en algo fundamental, algo para lo que se exige cada vez más perfiles polifacéticos frente a meros especialistas. O lo que es lo mismo, hombres y mujeres del Renacimiento versátiles, flexibles y con una constante capacidad de aprendizaje y adaptación.

Así, Juanma Chicote, asegura que el hecho de que la empresa u organización tenga un propósito es sin duda un factor de atracción del talento. A su vez, el enfoque a ODS facilita cuestiones tan importantes como la diversidad dentro de la organización. “En el futuro próximo será especialmente importante la gestión de las emociones, algo que hay que recuperar, especialmente desde la implantación general del teletrabajo”, asegura. ¿Cómo conseguiremos alcanzar este objetivo? A través de un liderazgo muy humanista, que combine tecnología con factor humano, así como recuperando la sociabilización del día a día que hemos perdido en el último año.

3. Diversidad, flexibilidad y factor humano, claves de futuro.

 

Polivalencia, aprendizaje, adaptabilidad, digitalización y liderazgo emocional son los términos que marcarán el futuro del mundo laboral, según Juanma Chicote. Sin embargo, no serán los únicos, ya que las empresas necesitarán de líderes más empáticos y cercanos que sepan gestionar las diferencias generacionales y entornos laborales mucho más diversos en todos los aspectos.

Por su parte, Ruth Hernández destaca, por un lado, que en el futuro más inmediatolas personas seremos cada vez más responsables de nosotros mismos (de formarnos, de tener curiosidad…), y por otro, que uno de los aspectos más importantes será la desconexión digital, la necesidad de poner límites, ya que no desconectar nos hace inhumanos.

No olvidemos lo más importante,las empresas son el espejo de las personas que la forman, con alma, espíritu y personalidad. Las personas venden a personas. Por tanto, el factor humano siempre tendrá que encontrar un equilibrio entre su bienestar y la digitalización. Este equilibrio será el responsable de que el futuro sea sostenible, y si no es así, el futuro no será.

Contenido Relacionado