"La metodología del coaching se está desmembrando y no acaba de ser efectiva"
16 de Agosto de 2016
16 de Agosto de 2016
La Asociación Centro de Dirección de RRHH, miembro de AEDIPE, ha celebrado en el Salón de Actos del campus madrileño de EAE Business School una conferencia del conferenciante y consultor internacional Fernando Ariceta. Aprovechando su estancia en España, el experto ha dado a conocer a los asistentes y alumnos de la Escuela que se encontraban reunidos la metodología selfcoaching o el arte de autodirigirnos.
"El modelo de liderazgo tradicional no funciona", comenzaba explicando el ponente, "las nuevas generaciones no quieren esta forma de dirigirles". La importancia de ser un buen líder del equipo y la resistencia que oponen las empresas al cambio han sido los antecedentes a la llegada del selfcoaching: "La metodología del coaching, tal y como se desarrolló, se está desmembrando, no termina de ser efectiva, puesto que no cambia quien no quiere", ha señalado el experto consultor.
La metodología del selfcoaching, según se ha explicado durante la conferencia ofrecida, permite que el coach acabe siendo, más bien, una especie de guía, destacando que el verdadero coach es la persona. "Uno es su propio entrenador si quiere, el consultor solo cuenta la metodología en caso de querer continuar".
Para ello contamos con cinco etapas del proceso. Partiendo del autoconocimiento, una vez que la persona reconoce sus propios errores pasamos a la autocrítica. En esta etapa, como comentaba Ariceta, es importante señalar tanto lo mejorable como aquello que ya se está haciendo bien y no debe cambiar. El autoaprendizaje es la tercera etapa, seguida de la autodisciplina. Podríamos pensar que aquí llega el final, analizando qué pasó en los momentos más críticos, cómo se actuó y cómo se debería de haber actuado. Sin embargo, la quinta etapa es fundamental: el autoentrenamiento. "El proceso no termina nunca, aunque el consultor ya no esté con la persona, la metodología es permanente para el resto de su vida", apunta el experto.
Además de la parte más teórica de la conferencia, Fernando Ariceta ha querido hacer partícipes a los asistentes de sus explicaciones, elaborando pequeños juegos entretenidos pero cargados de moralejas. Entre otros, han reflexionado en la etapa de autocrítica, pensando en qué momento fueron buenos líderes y cuando pudieron haber sido mejores. El ejercicio, elaborado en parejas, ha servido para desahogarse con un desconocido y observar como los problemas de una persona particular, pueden ser compartidos por varios.
"El líder de la organización es el director de una orquesta donde la partitura es el plan estratégico de la compañía", comentaba el consultor haciendo uso de metáforas. "Para lograr la armonía, el buen director no es el experto en la ejecución de todos los instrumentos musicales pero logra liderar el talento de todos sus músicos".
Así es como, siguiendo con la metáfora, para gestionar mejor la orquesta debemos tener en mente cuatro puntos clave: conocer a los miembros del equipo, crear relaciones sanas, compartir el norte e inspirar y motivar. "La actitud llega a determinar la altitud", finalizaba el ponente. Tras la conferencia, hablamos con Fernando Ariceta para conocer más en profundidad la metodología del selfcoaching.
Durante la charla hemos hablando de selfcoaching y cómo salir de esos hábitos que tienen los líderes. Como resumen a la conferencia, ¿qué ventajas del selfcoaching señala?
El selfcoaching es una metodología, una forma de guiar a quien tenga o sienta la necesidad de mejorar. Es frecuente que un líder que ya haya alcanzado un alto puesto, esté acostumbrado a ciertos hábitos que le importa poco un cambio. Sin embargo, al momento de que la persona empieza a tomar consciencia de que le gustaría hacer las cosas mejor, es cuando nosotros le apoyamos y lo ayudamos. No es el coaching tradicional porque siempre decimos que no cambia quien no quiere y el coaching está impuesto.
¿Cómo es el proceso a seguir? ¿Cuándo empieza?
Lo importante es que la persona sepa qué aspectos debe mejorar y cuáles ya hace bien. Así, realiza una autocrítica de sí misma y llega al punto de, con mucha disciplina, modificar comportamientos y hábitos. El proceso es largo, nunca menos de tres o cuatro meses, cuando realmente la persona toma consciencia. A partir de ahí, sigue solo. El proceso, como hemos señalado en la conferencia, es permanente en la cuestión de si lo estoy haciendo bien o lo podría hacer mejor.
¿En qué casos el proceso se alarga en el tiempo?
Si la organización no está preparada, el proceso del que hablaba se alarga en el tiempo ya que hacemos talleres de sensibilización, con juegos y dinámicas. Así no solo nos centramos en la primera línea de la organización, sino que también entrar segundas o terceras. Así tenemos público al que le resulta útil e interesante, y otros que siguen encerrados en no cambiar. Nadie quiere exponerse, pero una vez que empiezan a ver resultados colectivos, surge la duda de ser como el líder que triunfa y deciden optar por el selfcoaching.
¿Cuál es el principal obstáculo de los directivos a la hora de dejarse llevar por el selfcoaching?
Decíamos que nadie cambia si no quiere. En el momento en el que el líder toma consciencia de ese cambio, es cuando tiene que dejarse llevar por el consultor. Significa no cerrarse al consultor, que a veces lo encontramos. Durante la conferencia hemos llevado a cabo el ejercicio de diálogos apreciativos, una técnica muy sencilla para lograr que uno hable de sus problemas a los demás. Es muy similar al momento en el que el líder comienza a contarle sus historias al consultor.
En los informes posteriores, ¿se mantiene la confidencialidad de aquellos que han colaborado?
Claro, todo queda bajo términos de confidencialidad. Después, elaboramos informes a los CEO de las compañías, informes completos y contundentes pero no hilamos fino los detalles, manteniendo la confidencialidad y, por tanto, profesionalidad, de quienes han optado por nosotros.