María Antonia Vergara
29 de Junio de 2022
29 de Junio de 2022
“Si todo lo ves como una lección, no hay manera de pararte”
Colombiana de nacimiento, a los 5 años se mudó a Panamá y su senda internacional se inició entonces. María Antonia ha construido su vida a base de recorrer el mundo, trabajar y conectar con el mar a través de aquellos deportes que le permitían sobreponerse y sobreexplorarse.
Inició su estrecha relación con los deportes acuáticos a los 14 años, cuando comenzó a practicar remo. Tras conectar con esta actividad compitió en el Ocean 2 Ocean Cayuco Race, una competencia de kayak extrema de 3 días de duración entre dos océanos (Pacifico y Atlántico) a través del Canal de Panamá. Logró la victoria 4 veces, en categoría juvenil femenina en 2007, y también en categoría abierta femenina durante los años 2014, 2015 y 2016 con el kayak Nossa Vitoria.
“En Panamá tienes acceso al agua y al mar muy fácilmente, y desde muy pequeña crecí respirando con un esnórquel, para mí era algo natural. Pero siendo un país latino no había mucho apoyo al deporte, por lo que vivíamos de patrocinios.” Más tarde, un giro vital le haría toparse con la apnea, la disciplina deportiva con la que se definiría hoy, además de estudiar una maestría en marketing digital y comercio electrónico.
La apnea deportiva es una subdisciplina dentro del buceo. Se considera un deporte de riesgo, puesto que implica la inmersión a pulmón libre. Puede practicarse de forma estática o con recorrido de largas distancias, tanto en lo horizontal como en profundidad.
Se necesitan muchos conocimientos sobre seguridad y fisiología personal. Un apneísta no capacitado corre el riesgo de sufrir desmayos, lesiones en los oídos, en los conductos nasales y en los pulmones. Por eso su entrenamiento ha de ser constante, para mejorar sus habilidades y evitar grandes riesgos. “Abarca muchos ámbitos, desde la parte más recreacional, pasando por la técnica y hasta la parte más competitiva”.
María Antonia trabajaba para la Cámara de Comercio en Panamá cuando se introdujo oficialmente a la apnea en 2017. “Era subdirectora de la Comisión de Cine y viajaba mucho; era un trabajo que me brindaba muchas oportunidades en términos de networking”. Sin embargo, la decisión final de quedarse en Panamá, lo que consideraba su hogar, en lugar de optar por salir al exterior y seguir formándose, fue lo que en ese momento le unió al deporte que profesionaliza hoy. “Decidí quedarme haciendo el curso de buceo y apnea, en lugar de decantarme por un máster en Reino Unido o España, que eran mis dos alternativas viables en aquel momento”.
En una triangulación geográfica a medio camino entre Malasia, Filipinas e Indonesia, terminó su formación en apnea y formalizó también el giro radical que daría su vida. Aquella experiencia le llevó a decidir abandonar su vida de oficina en la Cámara de Comercio: “Sentí que mi vida tenía un propósito que iba más allá del dinero y las cuatro paredes de una oficina”.
Ese propósito se unió a la filosofía de vida de María Antonia, quien hace años ya había descubierto que tenía un alma puramente competitiva. “Todo lo que he hecho siempre tenía una finalidad y ocurrió igual con la apnea, por eso yo me introduje en la versión más competitiva de este deporte. Siempre tenía curiosidad por explorar esos límites del cuerpo y la mente”. Aunque asegura que, igualmente de forma recreativa, sigue siendo una magnífica forma de conectar contigo mismo y con el océano.
María Antonia se propuso el gran reto de superar su propia barrera personal para lograr ejercer como instructora de buceo.
Para ello, aguantó debajo del agua 4 minutos y 10 segundos sin respirar, su tiempo máximo a día de hoy.
También ha logrado sumergirse hasta una profundidad de 55 metros, siendo sus marcas a batir durante 2022 / 2023.
“El mayor reto de este deporte es poder callar, controlar tu mente, relajarte y desconectar de tu realidad fuera del agua. Son aptitudes que te sirven de igual manera en el mundo profesional y, en su caso, en el ámbito de los negocios”. María Antonia es el claro ejemplo de cómo un deporte ejerce un efecto sanador e instructor, no solo a nivel físico, sino en ámbitos que trascienden lo estrictamente deportivo, y traspasan la barrera laboral.
Precisamente María Antonia trabaja hoy en una empresa de apnea y asegura que tanto el CEO de la compañía, como el resto del equipo son conscientes de cómo los valores que te aporta la apnea como deporte los trasladan al día a día de su trabajo.
“Diría que la clave está en ser positivo. Quieres que en cada inmersión tu cerebro quede impregnado de ese sentimiento positivo. Simplemente respirar y dejarlo ir. Y, lo más importante, es entender la conexión que hay entre la respiración, el cuerpo y la mente, y poder reconocer cada una de las sensaciones que experimentas”. Tener esa conexión te permite identificar lo que te ocurre también fuera del agua.
Su afinidad por el mar, reiniciar la vida
“La apnea me cambió la vida y siempre a mejor; jamás me vería ahora trabajando en un horario de 8 a 17h”. Sin embargo, es la comunidad que envuelve a dicha disciplina deportiva lo que más disfruta hoy. Desde aquí, desde su relato, y desde lo más profundo de su aprendizaje, envía un mensaje a todas aquellas personas que en el fondo de sí mismos desean afrontar nuevos retos: “Arriésgate si tienes ganas de intentar algo”.
Maria Antonia es actualmente campeona nacional de profundidad en Panamá, imponiendo sus récords en competencia en 2018 y 2019.
Un artículo en colaboración entre Start Today y Women Initiative