Sin Excusas
12 de Septiembre de 2017
12 de Septiembre de 2017
Por: Susana Carrizosa, periodista colaboradora de El País
De verdad que no hay excusas. Con la batería a tope, cómete la vuelta al cole. Eso de rallarse porque se acabó lo bueno o porque sea lunes, ya no se lleva. Lo bueno viene ahora. A rendir, a sacarte a ti mismo el mayor partido para que tu empresa crezca y tu sientas que has participado activamente en ello. Y hazlo desde la mejor de tus habilidades: la felicidad.
Y no porque estudios como el de la universidad inglesa de Warwick concluyan que los empleados felices son un 12% más productivos, sino porque sea tu elección. Entrena la felicidad desde ya. Duerme ocho horas, levántate y dedica tan solo tres minutos a meditar. Respira hondo y, relajado, programa a tu cerebro para tener un gran día, para gozar de buen humor y abordarlo desde el optimismo. Haz deporte. Anda una hora o dedícala a Pilates, Zumba o a Crossfit.
Y a por todas. Desecha los aspectos que te quemen de tu trabajo. Habla con tus superiores para mejorar y definir nuevos talentos por tu parte que te proporcionen nuevos cometidos. Está claro que no todos podemos ser directivos o consejeros delegados, pero desde tu imaginación y creatividad puedes diseñar tu puesto. Eso sí. Lo más probable es que tengas que afrontar mayor formación. Es tu desafío. Un mar de postgrados, másteres y cursos on line te esperan. Sin excusas.
Al igual que si detentas un cargo toca cambiar el chip. Los malos jefes aburren. Se impone saber valorar a los empleados y ofrecerles nuevas responsabilidades en función de sus habilidades; creer en ellos y darles mayor autonomía; reconocer y celebrar sus logros y resultados; formar equipo y trabajar codo a codo con ellos; ser un buen ejemplo y ¿por qué no? recompensar con incentivos económicos.
Cierto es que las retribuciones y en concreto el salario siguen siendo lo más valorado e incluso determinante en el 63% de los profesionales a la hora de elegir una empresa en la que trabajar como revela el informe Randstad Employer Brand Research 2017. Sin embargo, le siguen muy de cerca aspectos tan emocionales como el equilibrio entre vida laboral y personal (55%) un buen ambiente de trabajo (49%) o un trabajo estimulante en el 43% ¿Por qué? porque suscitan felicidad en las personas. Recoger a los niños en el colegio, asistir a sus funciones teatrales, confiar en tus compañeros y trabajar en una misma dirección o tomar decisiones arriesgadas estimulan las endorfinas y nos hace sentir a gusto con nosotros mismos y un poco más felices.
Y ojo que trabajar en modo felicidad no significa en ningún caso estar de risas o bajar el rendimiento sino poner al otro lado de la balanza las razones por las que trabajar no es el trago amargo de cada día o el exceso por el que se suicidan trabajadores japoneses. Es hacer de la obligación tu mejor aliado para que con tus habilidades y herramientas cada día sea un reto al que poner fin en el supermercado, la peluquería, el masajista o en las extraescolares de los más pequeños siendo felices. Y eso. Sin excusas.