Por: Santiago Arrechea, Profesor de Internacionalización de EAE Business School
A lo largo de los últimos años, el creciente dinamismo en nuestro comercio exterior, con incrementos record de los niveles de exportación en volumen y número de empresas, tanto de bienes como de servicios y en materia de inversiones, tanto españolas en el exterior como extranjeras en España, viene contribuyendo de manera muy notable al sostenimiento y crecimiento de la economía española. Y ello a pesar de los vaivenes de la fuerte crisis vivida y de las amenazas de próximos estancamientos.
Con el firme objetivo de apuntalar y reforzar dicho dinamismo, en septiembre de 2017 el gobierno elaboró el plan estratégico 2017-2027 de internacionalización de la economía española. Este plan constituye el marco estratégico a medio-largo plazo para planificar políticas de apoyo a la internacionalización.
Entre las líneas directrices que se recogen en el Plan encontramos importantes objetivos, entre otros; la diversificación de los mercados y sectores de destino de las exportaciones o aumentar la atracción de inversión extranjera, entre ella específicamente de América Latina.
Diversificación de exportaciones
En economía, todos sabemos que una buena y equilibrada diversificación es siempre recomendable para evitar los riesgos que una excesiva concentración puede acarrear. Pues bien en el siguiente cuadro podemos observar la positiva, pero lenta evolución en cuanto a la diversificación de nuestras exportaciones. En el año 2000, un 73,5% de ellas se dirigían a la Unión Europea y en el año 2018 un 65,6%. Si comparamos este último dato con la situación en países de nuestro entorno; Alemana, Italia, Reino Unido o Francia, podemos observar como aún hay espacio para una menor concentración.
Inversión extranjera
Por otro lado, también es de todos sabido que la inversión extranjera es muy beneficiosa para cualquier país donde se acometa. Y ello por muchas razones, las principales y más visibles por su efecto directo en el crecimiento económico y creación de empleo. Pues bien, según datos de la Secretaría de Estado de Comercio y como puede observarse en el siguiente cuadro, la cantidad de fondos depositados en España por inversores foráneos en 2018 alcanzó los 52.804 millones de euros y la inversión neta los 43.672 millones de euros. Estos datos son los mayores registrados desde que se recopilan datos de inversión directa, dejando muy pequeños los 26.365 millones de 2008, que hasta ahora suponían el techo histórico de este indicador.?
Los principales países inversores en España, en 2016, son: Estados Unidos 15,7%, Reino Unido 13,1%, Francia 12%, Italia 9,6 %, México 7,8%, Luxemburgo 7%, Alemania 7% y Países Bajos 3,9%.
