Portazo de Trump al G7
24 de Julio de 2018
24 de Julio de 2018
Por John Wetherell, profesor del International MBA, Executive MBA y Master of International Business de EAE Business School
El fracaso de las cumbres G7 de junio en CanadĆ” y la OTAN de este mes de julio en Bruselas, ambos protagonizados por el presidente de EEUU, ha creado dudas acerca de las intenciones del paĆs lĆder del mundo desde la Segunda Guerra Mundial. Dudas que solo han crecido despuĆ©s de que la cumbre bilateral entre EEUU y Rusia en Helsinki, enemigos tradicionales, pareciĆ³ ir mejor.
La cuestiĆ³n se puede plantear de diferentes maneras pero la podemos resumir quizĆ”s en dos Ā estamos delante de una ruptura del sistema americano construido a partir de 1944 sobre una victoria militar y Ā cuyas principales caracterĆsticas forman parte imborrable del mundo donde vivimos actualmente o estamos delante de un movimiento tĆ”ctico por parte de una AdministraciĆ³n de visiĆ³n mercantilista que quiere sacar mĆ”s beneficio de ese mismo poder que EEUU ha ido acumulando a lo largo de los Ćŗltimos 75 aƱos.
A grandes rasgos, al final de la Segunda Guerra Mundial, EEUU asentĆ³ su poder sobre los paĆses mĆ”s fuertes de aquel momento Ā JapĆ³n y los imperios europeos Ā ocupando sus paĆses con su ejĆ©rcito con el pretexto de defenderlos contra un enemigo comĆŗn externo Ā el Comunismo Ā representado sobre todo por la UniĆ³n SoviĆ©tica. A medida que los EEUU iban extendiendo este poder alrededor del mundo, le costĆ³ cada vez mĆ”s a la UniĆ³n SoviĆ©tica dar respuesta ya que estaba en inferioridad en cuanto a recursos respeto a los EEUU y esto le llevo a su colapso en 1989.
El G7 y la OTAN, como muchas otras instituciones de nuestro mundo actual, son fruto de esta historia y este dominio americano. El argumento de los que creen ver una ruptura de este orden por parte del actual presidente y su equipo, es que el mundo ha cambiado con la globalizaciĆ³n y estos paĆses, antaƱo poderosos, ya no cuentan y EEUU ha de reorientar sus estrategias hacia una nueva realidad basada en la pujanza de Asia liderada por la China. En cambio los que creen ver una maniobra tĆ”ctica por parte del gobierno americano, creen que su principal objetivo es reducir el gasto en recursos que este sistema de poder global supone para EEUU y aprovechar su poder para revertir las consecuencias negativas de una economĆa globalizada sobre ciertos sectores de la poblaciĆ³n americana muy alineadas con la polĆtica de Donald Trump.
QuizĆ”s la verdad es que estamos viendo las dos cosas a la vez. La primera empezĆ³ mucho antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca mientras que la segunda esta mucho mĆ”s relacionada con Ć©l. Con respeto a la OTAN, EEUU asumiĆ³ mucho del coste de esta alianza cuando su principal enemigo a batir era la UniĆ³n SoviĆ©tica. Desde su colapso, EEUU cuestiona la utilidad de pagar la defensa de los paĆses del antiguo Europa Occidental. Su frustraciĆ³n con el bajo presupuesto militar de estos paĆses no es cosa de Trump si no que viene de mucho mĆ”s lejos. AsĆ que podemos entender que en Bruselas Trump estaba dando voz a una queja americana constante Ā la Ćŗnica diferencia siendo el tono de esta voz.
Lo que chocĆ³ un poco mĆ”s era su agresividad hacia Alemania.Ā Con el colapso de la UniĆ³n SoviĆ©tica, EEUU utilizo la estructura de la OTAN para extender su influencia a los paĆses del antiguo Europa del Este incorporĆ”ndolos a la OTAN. A la vez estos mismos paĆses se incorporaron progresivamente a la UE. Este doble vinculo aseguraba la seguridad y futura prosperidad de estos paĆses y parecĆa complementarse. Pero, de hecho, creĆ³ un dilema para EEUU Ā utilizar Alemania como un socio para compartir su influencia sobre estos paĆses o ver Alemania como un competidor para dominar a estos paĆses. Dado que la posiciĆ³n de Alemania en estos paĆses era fuerte y la UE gozaba de mucho prestigio y habĆan muchos vĆnculos entre EEUU y Alemania, se opto por la primera opciĆ³n. Con los muchos problemas que estĆ”n teniendo la UE y la evidente dificultad de Alemania de imponerse en paĆses como Polonia y HungrĆa, la posiciĆ³n de EEUU estĆ” cambiando. Este cambio es estratĆ©gico y no augura nada bueno para Europa pero tampoco nace con el actual presidente de EEUU sino con el colapso de la UniĆ³n SoviĆ©tica y como EEUU podĆa aprovechar mejor esta situaciĆ³n. Lo que pasa es que Trump abraza con mĆ”s fuerza que cualquier presidente anterior la idea de que Alemania es competidor y atiza el temor a este cambio de postura de EEUU con su aparente acercamiento a Rusia.
Su visiĆ³n mercantilista del mundo, sobre todo respeto al comercio y los dĆ©ficit en la cuenta corriente de los EEUU generados por la diferencia entre sus importaciones y lo que es capaz de exportar retroalimenta esta agresividad porque Alemania es el paĆs del mundo con el mayor supervit en la cuenta corriente. En este caso la posiciĆ³n de Trump coincide con una estrategia mĆ”s agresiva en Europa facilitada por la debilidad de su instituciĆ³n principal Ā la UE.
La confrontaciĆ³n en la conferencia de la OTAN comparte muchos puntos con el conflicto generado en la cumbre de la G7. Si hay un paĆs que puede amenazar el dominio de EEUU, este es China. Como reaccionar a esta amenaza es otro dilema que los americanos aun no han resuelto. Las opciones no son muy diferentes a lo que hemos visto antes respeto a Alemania Ā colaborar con China utilizando su poder suave en las instituciones globales para controlarla o confrontarla. El presidente Obama escogiĆ³ la primera opciĆ³n, firmando un Tratado de Libre Comercio con los paĆses del Pacifico y excluyendo a China, pero extendiĆ©ndola una invitaciĆ³n para juntarse a este acuerdo en fecha posterior. Trump escoge la segunda opciĆ³n, imponiendo barreras comerciales y amenazando sus compaƱĆas con perder acceso a la tecnologĆa americana. Lo que las dos tĆ”cticas necesitan de los aliados es muy diferente y tiene muy confundidos a los paĆses del G7. Si la tĆ”ctica es la de Obama de ir arrinconando a China con el poder suave de los EEUU, el papel de los aliados es una participaciĆ³n activa a favor de los EEUU en las instituciones globales y esta actitud la tienen asumida desde hace siempre y la cumplen a la perfecciĆ³n.
Pero si estamos entrando en una fase de confrontaciĆ³n abierta con China, su actitud, desde el punto de vista de EEUU, deberĆa ser de lealtad al paĆs lĆder del mundo occidental. Y esto no lo tienen tan asumido y de allĆ los conflictos que hemos visto en la ultima cumbre. EEUU espera otra cosa de sus aliados ahora y no parece que los aliados estĆ”n preparados para este cambio de escenario.
AsĆ que podemos apreciar en los dos casos, el de la reuniĆ³n del G7 y el de la OTAN, similitudes. En un nivel mĆ”s profundo, es indudable que los EEUU estĆ”n cambiando de estrategia para enfocar Asia en general y China en particular. Este cambio deja atrĆ”s a Europa. Pero los americanos no tienen claro la tĆ”ctica a seguir Ā sobre todo con China. Y eso tiene confundido a sus propios aliados y propicia el ambiente de confusiĆ³n y conflicto que vimos en estas dos reuniones.