Así está afectando a los clubes deportivos españoles el coronavirus
20 de Agosto de 2020
20 de Agosto de 2020
Las pandemias han detenido por completo la actividad económica y el deporte profesional no ha sido una excepción. No en vano, las dinámicas cambiantes también han llegado a este ámbito. Aquí sabrás cómo afecta a los clubes deportivos españoles el coronavirus para poder realizar una planificación consciente a medio plazo.
La primera consecuencia práctica del Covid-19 fue la paralización de las competiciones deportivas. En algunos casos fueron retomadas a puerta cerrada y, en otros, se dieron por finalizadas.
Es importante señalar que el impacto ha sido sustancialmente distinto en función de dos factores. En primer lugar, conviene valorar si la práctica era profesional o amateur porque en el segundo caso la política general ha sido paralizar todo. Por otra parte, hay que hacer referencia al poder de convocatoria de cada disciplina deportiva porque, cuanto mayor sea, más probabilidades de supervivencia tiene.
Lo que sí es cierto es que hay una serie de aspectos que han marcado la diferencia. Por imprevista y sobrevenida, la pandemia del Covid-19 ha generado cambios en la rutina de los clubes deportivos. A corto plazo, hay que imaginar que las consecuencias siguen ahí.
Ha habido, no obstante, una serie de consecuencias comunes que se pueden inferir. Son las siguientes:
La merma de ingresos ha sido generalizada en todos los ámbitos. No en vano, ningún club ha podido abrir sus taquillas para celebrar sus partidos con público, de manera que ese factor de ingresos se ha eliminado.
Por otra parte, hay que señalar que la situación ha sido más grave en las ligas minoritarias o en los escalones inferiores. Los equipos de Primera y Segunda División de La Liga de fútbol han podido jugar sin público porque el grueso de sus ingresos son los derechos televisivos. En cambio, a partir de la Segunda División "B" y en deportes como el balonmano, hockey o baloncesto, la situación ha sido más complicada.
El resultado de esta situación es que, en muchos casos, la planificación de la temporada ha saltado por los aires. Otras situaciones han sido menos complicadas, pero en cualquier caso sí que se han modificado las fechas, alterando por completo la marcha del equipo.
Uno de los principales elementos asociados al Covid-19 es la incertidumbre. Este virus no tiene, por el momento, una vacuna eficaz. La principal consecuencia es que algunos eventos no se van a celebrar.
En el caso de los eventos deportivos, los cronogramas de las competiciones se han alterado por completo. Este es el caso de la Eurocopa 2020, que pasa a 2021, de los Juegos Olímpicos de 2020, también para 2021 o de las fechas de las ligas profesionales para la temporada 2020-2021. Lo peor de todo es que el calendario puede verse modificado si hay nuevos brotes, de manera que conviene tener presente esta circunstancia a la hora de tomar decisiones.
Hay que señalar, por ejemplo, que algunos eventos que se podrían llegar a celebrar ya no se celebran. La política básica es la de no promover más eventos y celebraciones que los estrictamente necesarios. No en vano, la imposibilidad de traer público limita mucho las posibilidades.
Uno de los efectos tangenciales, pero indudablemente negativos, es la forma física de los deportistas. Como la planificación se ve alterada de forma repentina, esto también se nota.
La merma de ingresos ha llevado aparejada una paralización del mercado de traspasos. No en vano, hay que tener en cuenta que no hay dinero para afrontar grandes contrataciones. Si a este factor se le une el denominado "fair play" financiero, no ha de extrañar que la próxima temporada encontremos las mismas plantillas.
Lo que está sucediendo, en esencia, es que hay pequeñas ventas o vueltas de cesiones. Ningún gran equipo puede, ahora, invertir 50 o 60 millones de euros en una contratación como antaño. Aunque esta situación está concebida como temporal, no hay certeza de cuándo va a finalizar.
La paralización de las competiciones ha traído una rebaja generalizada de la masa salarial durante la pandemia. Ahora bien, parece que esta tendencia se va a mantener.
Durante la época del confinamiento, se optó mayoritariamente por aprobar ERTEs parciales que rebajasen el esfuerzo del club y que, evidentemente, tenían un horizonte temporal. Una vez que terminó este periodo, no se han aumentado salarios y, como principio general, se intenta adelgazar la masa salarial.
La proyección, a medio plazo, es que esta dinámica prosiga y que las contrataciones sean por un salario menor. No en vano, se trata de adaptarse a un contexto económico de recesión, también en el deporte.
La gran paradoja de esta situación es que el consumo de videojuegos se ha disparado, así como los contenidos en streaming. No en vano, el inicial confinamiento obligó a desarrollar otros métodos de entretenimiento alternativos.
Esta circunstancia puede ser aprovechada por algunos clubes profesionales que ya estaban posicionados en el sector. No en vano, la apuesta por los E-sports ya es una estrategia que llevan a cabo los principales clubes profesionales de La Liga de fútbol. Esta es una opción para generar ingresos y, aunque el pico de consumo haya sido puntual, es de esperar que siga suscitando interés.
La pandemia por el Covid-19, en definitiva, cataliza tendencias que ya estaban ahí. El caso de los E-sports es paradigmático porque lo que hace es acelerarlos.