Baxi Manresa; los milagros no existen
11 de Abril de 2019
11 de Abril de 2019
Nos guste o no, en el mundo del deporte, los presupuestos determinan o influyen en una parte importante en los resultados obtenidos. Seguramente, la dotación presupuestaria de una determinada entidad es altamente influyente en el rendimiento y logros de sus equipos aunque, afortunadamente, no es absolutamente decisiva.
Este es el caso de un club tan modesto como histórico de la Liga Endesa, el Bàsquet Manresa que, en la presente temporada compite como Baxi Manresa merced al patrocinio principal de la compañía fabricante de sistemas de climatización.
A menudo se ha hablado de los resultados obtenidos por este equipo como del “milagro de Manresa”, pero lo cierto es que, en el mundo del deporte profesional los milagros no existen y únicamente la planificación acertada y la optimización de recursos tanto en la gestión estructural como en la deportiva permiten competir en la élite.
Manresa, una pequeña ciudad de 75.000 habitantes, se codea en el entorno ACB con ciudades como Barcelona, Madrid, Vitoria, Valencia, Málaga, Zaragoza, Murcia, Tenerife, San Sebastián, Badalona o Las Palmas de Gran Canaria. El presupuesto del Baxi Manresa es de 2,7 millones de Euros, notoriamente inferior a los de la mayoría de sus rivales ACB, pero, pese a ello, compite en la élite como lo ha hecho a lo largo de las últimas décadas. Sirva como ejemplo que el Unicaja de Málaga cuenta con una dotación presupuestaria de 11 millones de Euros y que sus cifras están por debajo de las del Real Madrid, el Barça Lassa, el Kirolbet Baskonia o el Valencia.
Los orígenes del Bàsquet Manresa datan de 1931 y fue uno de los fundadores de la ACB en 1983. Desde entonces, ha competido 29 temporadas en la máxima categoría del baloncesto español logrando un histórico título liguero en la temporada 1997-1998 y un entorchado de Copa en el año 1996, siempre fiel a su filosofía de administrar con acierto y mesura en la gestión deportiva, los no excesivos recursos de los que dispone en comparación con sus rivales.
En la presente temporada, tras lograr el ascenso desde la Leb Oro, el Baxi Manresa cuenta con 3.150 abonados; una cifra que se ha incrementado en 1.000 respecto a la temporada anterior en que militó en la categoría de plata del baloncesto nacional. Esta es precisamente otra de las señas de identidad del club; la total comunión con los aficionados de la ciudad y la comarca que responden a la tradición i los esfuerzos del equipo directivo que tiene a Josep Sàez como presidente y el histórico ex-jugador ACB Román Montañez Precisamente, Montañez es el encargado de dotar a su entrenador y ex-jugador del club Joan Peñarroya de los recursos humanos necesarios para armar un proyecto capaz de codearse con rivales de presupuestos muy superiores y plantillas que, en función de sus costes, parecen inalcanzables en lo deportivo aunque sobre el parquet del Nou Congost, pabellón del conjunto manresano, y los del resto de los conjuntos de la Liga ACB, la realidad es bien distinta.
Montañez debe extraer de la dotación presupuestaria del club que, obviamente, no se dedica en su totalidad a gestionar la plantilla, un rendimiento deportivo que permita competir contra lo que se antoja como grandes fortunas a tenor de las cifras que barajan e invierten en la contratación de jugadores.
El criterio básico del Director Deportivo manresano a la hora de reclutar elementos para la plantilla del Baxi Manresa es, en sus propias palabras: “Armar un proyecto deportivo en el que conviven dos bloques de jugadores que aunque diferenciados, forman un conjunto competitivo y compensado a todos los niveles; los jóvenes con proyección pero con un nivel suficiente a corto plazo y los veteranos de calidad contrastada que aporten el perfil que buscamos, entiendan y asuman nuestro proyecto y tengan claro que vienen a aportar mucho más que su talento o sus puntos pues les pedimos que entiendan la filosofía del club y asuman que también tienen que generar el espacio para que los jóvenes sigan creciendo y afianzándose.”
En un club con presupuesto limitado el margen de error es mucho más pequeño tal como explica Montañez: “Las limitaciones presupuestarias hacen que debamos afinar mucho más a la hora de ficha, porque rectificar siempre cuesta un dinero que no tenemos. Los jóvenes nos permiten ampliar nuestro margen salarial mientras están creciendo. Para ellos y para los veteranos, el equipo y su proyecto ejercen de escaparate, tanto en la liga ACB como en el resto de ligas europeas que tienen a la competición española como referente. Hacerlo bien aquí, con nosotros, les puede abrir las puertas de proyectos más importantes desde el punto de vista económico y competitivo tanto a corto como a medio plazo, pero, en ningún caso, ni los jugadores, ni el club, plantean esta situación como un matrimonio de conveniencia, sino como un proyecto común. Los resultados del equipo llegan con la suma de esfuerzos y benefician el colectivo y las individualidades”.
En la presente temporada, el Baxi Manresa ha incorporado de la mano de Román Montañez a jugadores como Toolson, Renfroe o Doellman que han sido y son referentes en el baloncesto continental y lo han hecho porque el proyecto y las respectivas ofertas van mucho más allá de lo económico como explica el Director Deportivo: “Incorporar a un jugador de estas características no es simplemente sumar una estadística notoria o brillante a cambio de un dinero. Hay que entender lo que buscan al margen del equipo y la competición. Lo que necesitan a nivel familiar, social, de ciudad, entorno, relación con la afición que, en nuestro caso, es entusiasta y vive entregada a sus colores y jugadores y ofrecérselo porque, en la mayoría de los casos, lo económico ya no es su prioridad absoluta. Son jugadores que han madurado y buscan algo más; el compromiso mutuo del proyecto en común”.
La cantera es, por otra parte, un terreno de gestión complica que puede acabar dando réditos por el mismo motivo que dificulta su gestión tal como asegura Montañez: “Está claro que los grandes clubes ejercen un poderoso atractivo para reclutar jugadores que con 12, 13 ó 14 años apuntan buenas maneras y ya muestran su talento. En ese terreno es difícil competir, pero no es menos cierto que, cuando estos jugadores llegan a edad de junior el club grande se ve obligado a desprenderse de un buen numero de ellos o bien para que maduren y dispongan de minutos fuera y recuperarlos luego o de forma definitiva. En este aspecto, los grandes clubs como Barcelona, Madrid, etc. completan esa doble dinámica y, si en un momento, restan de la base de los modestos, luego podemos ser nosotros quienes nos beneficiemos de trabajo de formación que han hecho ellos”.
Así es y así se construye el éxito del proyecto deportivo de una pequeña ciudad asentado en la élite de la mejor liga europea de baloncesto; porque en el mundo de la gestión deportiva, los milagros no existen