Carlos Henrique Raposo ‘KAISER’
02 de Mayo de 2019
02 de Mayo de 2019
‘Kaiser, el mejor futbolista que nunca jugó un partido’. Así de directo es el título de la película dirigida por Louis Myles y estrenada en 2018. Básicamente, cuenta la historia de la gran mentira y estafa de Carlos Henrique, quien adoptó la identidad de la estrella del fútbol (ésta sí de verdad) Renato ‘Gaucho’. Gracias a su gran parecido físico, Kaiser pudo acceder a los mayores lujos y privilegios en Río que únicamente están reservados a los astros brasileños de aquella época.
Una carrera de 26 años como futbolista profesional, clubes de América y Europa, cientos de mujeres y algunos compañeros campeones del mundo como Zico y Bebeto. Kaiser vivió la vida de otro, pero se la hizo propia a base de aprovechar situaciones, amistades y parecidos. En una época donde contrastar una información o, meramente, consultar algún dato no era tan accesible como hoy en día, Kaiser se aprovechó de este handicap para crear su personaje y presentarse con un gran currículum de futbolista, fichas y documentación gráfica falsas. Además, Kaiser cuenta con una gran oratoria y una inteligencia interpersonal y unas habilidades sociales que lo colocan en boca de todo el mundo, cae bien y se sabe rodear de la gente que él considera beneficiosa para su carrera y objetivo: vivir del cuento.
Más allá del personaje futbolístico y la historia surrealista que se desarrolla en el fútbol brasileño, la trama presenta la idiosincrasia y los hilos que se manejaban dentro del ‘futebol carioca’ y la corrupción enquistada dentro de las dirigencias de los principales equipos. ¿Departamento de Recursos Humanos? No, de ninguna manera. Nada es por escrito, todo se cierra con un acuerdo verbal e impulsivo, sin analizar la situación ni, tampoco, consultar ningún dato. Estos hechos, juntamente con la personalidad de Carlos Henrique, hacen posible esta historia que hoy en día sería casi imposible, kafkiana.
En ‘Kaiser’ podemos observar varios temas que envuelven la gestión de cualquier club deportivo. La mala praxis de los clubes, encasillados en los tratos y los negocios de una manera arcaica, un contexto futbolístico nada profesionalizado, las relaciones con los medios de comunicación para provocar situaciones y noticias beneficiosas y, finalmente, los hilos e influencias de las personas que controlan las dos pasiones cariocas, el carnaval y el fútbol. Y la historia del hombre que, de alguna manera, venció al sistema y vivió de lo que más le gustaba, siempre alejado del balón y cerca de cualquier circunstancia y problema que le prohibiera, o hiciese ver, jugar al fútbol. Y él, a vivir la vida de un futbolista de los grandes clubes de Río de Janeiro en los 80 y 90.