La incertidumbre, debido al desbalance que ha generado el coronavirus, se ha convertido en el estado de ánimo predominante y que se ha visto reflejado tanto a nivel social como empresarial, ya que tanto las pymes como las grandes corporaciones se han visto, de un momento para otro, acorraladas por una coyuntura de la que se sabe el origen, pero no el desenlace. Ahora bien, ¿cómo se pueden tomar decisiones correctas en épocas donde reina la incertidumbre? ¿Qué deben hacer las empresas? ¿Qué deben hacer las personas?
La coach y especialista en transformación empresarial, Georgina Barquin, ha abordado este tema en una conferencia transmitida por LinkedIn y denominada “Agilidad y toma de decisiones en épocas incertidumbre”. ¿Deseas conocer sus consejos e impresiones? ¡Vamos a por ello!
“La incertidumbre, explicó la coach, es el nivel de aversión o ansiedad que siente una persona ante el futuro, ante el no poder controlar el futuro”. Sin embargo, la aversión o el rechazo hacia la incertidumbre varía entre personas y culturas, ya que depende de diversos aspectos como lo es, por ejemplo, el contexto. España, sostuvo, es un país con bastante aversión a la incertidumbre y aunque su población es espontánea y alegre, hay un orden general establecido por jerarquías y procesos que se aplican en un intento por controlar el futuro. “Es una necesidad de tener todo pautado que promueve las rutinas y la zona de confort”, por eso, en los países con menos aversión a la incertidumbre, se ve más emprendimiento.
Ahora bien, ¿Cómo respondieron las empresas ante la amenaza del estado de alarma? Para explicarlo, la ponente dividió por un lado las empresas con mayor aversión o rechazo a la incertidumbre y por otro lado, las más abiertas al cambio.
Empresas con alta aversión a la incertidumbre
- Antes del estado de alarma, en estas empresas había estrés, ansiedad, revuelo, incertidumbre y no se tomaron decisiones.
- En estas empresas suele haber alta jerarquía y grupos grandes que toman decisiones.
- También había confusión, pues no estaban claras las responsabilidades de cada uno en el proceso de transición.
- Existe un miedo generalizado a tomar decisiones impopulares y por lo tanto se jerarquiza aún más cualquier movimiento.
- Se penaliza el error: por eso hay poco emprendimiento.
- No hay comunicación continua.
Empresas con baja aversión a la incertidumbre
- Antes del estado de alarma, se pusieron en el peor de los casos y se preguntaron: ¿Qué pasa si tenemos que cerrar? Y 10 días antes de la comunicación oficial del gobierno, empezaron a establecer procesos para acomodarse a la transición que venía.
- Se respira libertad de decisión, pero con mucha responsabilidad personalizada de las decisiones que se toman.
- Se toman decisiones, “se mete la pata” y se va solucionando con el tiempo. No se penaliza el error, sino que se detecta y se corrige.
- Los mensajes del equipo hablan de la unidad del equipo, son transparentes y mencionan carencias para pautar vías de acción.
Ante esta realidad, surgen muchas dudas, pues, ¿cómo se puede hacer para tener una actitud más activa ante la incertidumbre? ¿Qué podemos hacer como empresas para agilizar la toma de decisiones? Para lograrlo, explicó Barquin, hay que trabajar, sobre todo, la cultura organizacional, pues allí está la respuesta.
¿Qué cambios se pueden aplicar? Estos fueron sus consejos:
- Hacer promociones laterales: Las promociones laterales consisten en promociones laborales o cambios internos dentro de las empresas en la que los empleados deben desempeñarse en otro departamento o área. Esta experiencia les permite experimentar nuevos desafíos, seguir creciendo y así profundizar en la transformación digital.
- Promociones en base a aprendizaje: Las promociones en base a aprendizaje no solo deben basarse en hacer cursos, sino en reconocer y promover aquellos que realmente ponen en práctica nuevos conocimientos en pro del crecimiento empresarial. Se ha demostrado que este tipo de promociones, además de motivar a los empleados, fortalece la cultura de las responsabilidad y les invita a involucrarse cada vez más en la toma de decisiones.
- Generar flexitime: La flexibilidad genera un pensamiento orientado a resultados y tareas, por lo que disminuye el presencialismo y destaca la eficiencia. Una jornada laboral flexible no solo generará unos empleados más contentos, sino también una organización más productiva y capaz. Por ello, en pro de crear una cultura organizacional más sana y que permita el desarrollo de los trabajadores, la flexibilidad tiene que ser tomada en cuenta.
- Propuestas de mejora continua: Involucrar a los empleados en la toma de decisiones, refuerza el sentido de pertenencia y el sentido de responsabilidad, por lo que es buena idea hacer mesas de grupo donde todos y cada uno puedan ofrecer propuestas en relación a decisiones importantes. Este tipo de propuestas son claves para generar confianza, fortalecer el autoestima y la comunicación, clave esencial de toda cultura organizacional.
- Desarrollo de carrera con implicación individual: Las empresas deben ofrecer a los empleados un camino para seguir creciendo, pero no deben ser impuestos por los objetivos de la empresa, sino que deben también tomar en cuenta el deseo y la proyección profesional del empleado. De esta manera, se puede lograr un equilibrio donde ambos, tanto la empresa como el empleado, saldrán beneficiados. Como se sabe, los empleados son los que construyen la empresa, por lo tanto, si se cuenta con un equipo satisfecho y preparado, la empresa contará con una cultura de las mismas características y se le hará más fácil progresar.
- Desjerarquizar con proyectos cruzados: Los proyectos cruzados se parecen a las promociones laterales, pero en este caso no se trata de cambiar de departamento o área, sino de cambiar de jerarquía. ¿De qué manera? Pues se pueden realizar proyectos en el que el director del departamento deje de dirigir y pase a ser subordinado. Así, otro empleado pasa a tomar el mando y los roles se intercambian. Este tipo de prácticas además de mejorar la comunicación, fortalecen las relaciones y generan las bases de confianza e igualdad tan importantes para toda cultura empresarial.
Finalmente, la profesora dejó a un lado la parte empresarial y abordó el proceso que se debe realizar personalmente para afrontar la incertidumbre y tener una actitud positiva ante el cambio. Para ello, afirmó, “hay que saber que todos tenemos ego y que cuando se siente amenazado, entramos en modo de lucha o en modo de defensa y de esa manera no se toman buenas decisiones”. Por lo tanto, concluyó, hay que ser consciente del miedo, alinearse con la autoestima y los valores y así saldrán decisiones acertadas.