¿Cuáles son las características principales de un manager de deportistas?
31 de Diciembre de 2019
31 de Diciembre de 2019
La figura del manager de deportistas es imprescindible para cualquiera que quiera iniciar una carrera profesional con criterio. Los elementos que hay que tener en cuenta son diversos, y aquí los conocerás.
El manager de deportistas es el máximo defensor de sus intereses y eso va en todo lo que le pueda beneficiar en su carrera deportiva. Es, probablemente, una de las personas más próximas al profesional. Lo importante, pues, es que este profesional tenga una serie de cualidades. Estas son las principales, aunque se puedan añadir otras:
1. Empatía
Lo primero que ha de tener un manager es empatía hacia su representado. No se trata de tratarlo como si fuese un niño, pero sí de entender cuáles son sus deseos y aspiraciones.
Este aspecto es importante porque, si bien la retribución es lo más importante, hay otros elementos que pueden nivelar la balanza. Hay deportistas que tienen predilección por vivir en un determinado lugar o que dan importancia a las relaciones familiares. Lo cierto es que, hoy, a este tipo de trabajo se le añaden otros valores que en el pasado eran casi irrelevantes.
El manager no puede limitarse, pues, a funcionar como una calculadora. Ha de entender qué es lo que desea su representado. Esta es la manera de hacer bien un trabajo
2. Asertividad
Si bien el manager ha de ser empático, también ha de ser claro. Tiene que saber qué desea él, qué desea su representado y, si es necesario, saber decir "no".
La experiencia vital y deportiva indica que pocas cosas son más problemáticas que no negarse a algo a tiempo. En consecuencia, es positivo y conveniente responder de forma asertiva. Si no le puedes garantizar a tu representado "X" tipo de contrato, lo mejor es que lo sepa cuanto antes. Esto permite gestionar mejor el tiempo y, por qué no decirlo, la carrera deportiva.
La historia nos indica que, cuanto más clara sea la comunicación, mejor que mejor. Es mejor decir "no" una vez, aunque el representado se moleste, que el que este se sienta traicionado o defraudado.
3. Capacidad de negociación
Un representante ha de tener capacidad de negociación. No en vano, si no existe esta posibilidad, no va a poder realizar su trabajo con garantías.
La negociación hay que extenderla as los ámbitos relacionados con la defensa de los intereses del deportista. No se trata solo de negociar un buen contrato con su equipo, sino también de buscar viajes baratos o patrocinadores rentables. Esto va a permitir, a la larga, marcar la diferencia en un mundo que es muy competitivo.
Saber negociar o no en cada momento es fundamental para aportar ese plus tan necesario en el deporte profesional. La negociación es una condición sine qua non, aunque es cierto que ha de ir acompañada de otras para alcanzar el éxito.
4. Visión a medio plazo
La visión a medio plazo puede parecer contradictoria porque el deporte profesional es inmediatez. Sin embargo, y si se analiza con cierta seriedad, no es tan extraño.
La carrera profesional de un deportista de élite puede ser de entre 10 y 20 años, dependiendo del caso. En este periodo de tiempo hay cambios de tendencia y de mercado. Es importante que el manager los sepa captar y anticiparse para ofrecer opciones a su representado.
Ir más allá es, pues, una forma de no quedarse desfasado y que el deportista tenga mejores oportunidades.
5. Cuidar de la imagen pública de su representado
La imagen pública, en el pasado, era un aspecto por completo secundario en el deporte profesional. Una figura podía tener una conducta personal impropia, pero tendía a ser perdonado por la población si cumplía bien con su cometido.
Sin embargo, hoy la influencia de los anunciantes es muy grande. Un deportista ha de ser modélico, dentro y fuera del campo. El manager de deportistas no ha de decirle a su representado lo que tiene que hacer, pero sí advertirle de las consecuencias sociales negativas de determinadas acciones.
Son muchos los deportistas que han perdido anunciantes publicitarios por una actitud poco decorosa fuera del campo. En función del target que tenga el deportista, el impacto será de una manera u otra.
6. Agenda
Este es, probablemente, el elemento al que más importancia se da en un primer momento. Realmente, tener contactos es fundamental porque eso facilita las operaciones.
¿Pero qué pasa si quiero empezar a ser manager y aún no tengo esos contactos? Es posible empezar a trabajarlos y labrarte una reputación gracias a tu buen hacer. Va a ser muy importante que trabajes en redes sociales como LinkedIn, Facebook e Instagram. Tienes que estar en el mercado para que te conozcan. Por otra parte, es importante que asistas a todo tipo de eventos sociales sectoriales.
Si tienes en cuenta todos estos aspectos, resultará más fácil ir ampliando tu agenda de contactos. Este es un trabajo a largo plazo que nunca hay que descuidar, así que tómalo con calma y marca unas pautas de actuación periódicas.
Conclusión
El manager de deportistas se ha convertido en una pieza fundamental que ha de tener múltiples habilidades. Esto es importante porque, en muchas ocasiones, se considera que con una formación académica básica o con una gran intuición es suficiente. No es así y conviene desterrar ese paradigma.
El Máster en Gestión y Administración Deportiva, indicado para personas con estudios universitarios de Grado, indica todas las claves que hay que conocer para la gestión de carreras deportivas individuales o colectivas.