El impacto económico de la suspensión de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020
31 de Marzo de 2020
31 de Marzo de 2020
Debido a la crisis del coronavirus, el Comité Olímpico Internacional ha decidido acordar que la cita olímpica se celebre entre el 23 de julio y el 8 de agosto de 2021.
La crisis del coronavirus ha supuesto la suspensión de prácticamente todos los eventos deportivos en los próximos meses, y los Juegos Olímpicos eran de las pocas competiciones que se resistían hasta hace unos días. Y decimos casi todas las competiciones porque así es: por ejemplo, la Vysheyshaya Liga, la competición doméstica de Bielorrusia de fútbol, continúa con normalidad ‘obviando’ esta pandemia global. Con infinidad de pruebas preparatorias o clasificatorias suspendidas para la cita olímpica, el COI (Comité Olímpico Internacional) ha decido que los Juegos Olímpicos de Tokio no comiencen el 24 de julio de 2020.
Los Juegos Olímpicos mueven a muchas audiencias y suponen una generación de dinero muy significativa a través de la publicidad y de las distintas estrategias o técnicas de marketing de marcas y patrocinadores. En cuanto a las televisiones, por ejemplo, NBCUniversal había vendido espacio publicitario por valor de 1.250 millones de dólares para las retransmisiones deportivas. Esta cifra nos ayuda a comprender mejor la dimensión del impacto económico del mayor evento deportivo del mundo.
Según la agencia auditora de Japón, costarán más de 20.000 millones de euros, importe que casi triplica los 6.800 millones que estimaba el proyecto que en 2013 convirtió a Tokio en anfitrión. Un retraso de un año obligaría a los nipones a soportar esa histórica hucha en sus cuentas sin ningún tipo retorno a cambio. También se retrasaría el retorno de la inversión de 21.000 millones de euros en infraestructuras, obras e instalaciones de la cita olímpica.
El cálculo de la previsión de ingresos previo a la pandemia se iba acercando a los 6.500 millones de euros, procedentes de los derechos de televisión (2.700 millones), entradas (1.000 millones) y patrocinadores locales (3.000 millones de euros), según los datos publicados por el periódico Expansión. Ahora falta por saber también cómo la organización gestionará este problema con las marcas dado que la mayoría habían adelantado el dinero. Y es que el propio COI ha manifestado que con la suspensión dejará de ingresar 6.000 millones de dólares en patrocinios globales que ya estaban asegurados.
Más datos que nos deja esta suspensión de los Juegos Olímpicos nos los arroja la calificadora Fitch, que calcula que la economía nipona caerá este año un 1,1%, pero eso sin tener en cuenta un aplazamiento de los JJOO. Teniendo en cuenta este elemento que se ha terminado produciendo, el descenso estará próximo al 1,6%.
Los alquileres y el mantenimiento de todos los estadios y las sedes olímpicas también tienen un coste durante este período. El canal público de televisión NHK lo cifra en unos 5.300 millones de euros. Estos costes tendrán que ser cubiertos a tres partes: Gobierno de Japón, COI y las autoridades de Tokio, aunque hasta ahora no se sabe cómo será finalmente.
Para Capital Economics, el impacto de la cancelación de los Juegos Olímpicos será limitado para la economía japonesa. Esto se debe a que el grueso de las inversiones ya se ha hecho y ha contribuido al PIB (Producto Interior Bruto) nacional en estos últimos años. La cancelación más bien será un golpe para el turismo y el consumo en el país, el cual lleva meses en crisis; y es que el sector turístico en el país empezó a sufrir el verano pasado al reavivarse las tensiones históricas entre Tokio y Seúl.
Las consecuencias del Covid-19 ya se empiezan a notar, aunque ligeramente, en todo el mundo. Y si todos los sectores de la sociedad van a quedar ‘tocados’ por esta crisis, el deporte -en general- no iba a ser menos.