En esta primera opción también se incluye la ayuda económica a amigos y familiares.
La segunda opción es darse un capricho, gastar en algo material o inmaterial que deseábamos pero que no nos lo podíamos permitir hasta ahora. En esta categoría se incluyen los viajes a destinos exóticos, un coche nuevo, los retoques estéticos o enviar a los hijos a estudiar al extranjero. Es importante recordar no gastar todo el importe del premio y destinar una parte a la inversión.
Como tercera opción los españoles elegimos ahorrar para el futuro. El objetivo es generar ingresos futuros maximizando la rentabilidad de las operaciones. Si, por ejemplo, invertimos la mitad del premio, 200.000 euros brutos y conseguimos una rentabilidad anual del 5% permitiría tener unos ingresos brutos anuales de 10.000€, solo en intereses y sin gastar nada del capital.
Para ello, este ahorro se tendrá que canalizar a través de productos financieros con riesgo y rentabilidad moderada como depósitos, fondos de inversiones, planes de pensiones y acciones entre otros activos. Sin duda, la inversión estrella seria la inversión inmobiliaria, en concreto, la compra de una vivienda. El momento del ciclo del mercado inmobiliario y el destino financiero de esa vivienda (alquiler vacacional, alquiler clásico o especulación) marcarán la rentabilidad de la operación, como es obvio.
Por último, un menor porcentaje se decanta por emprender. La creación y/o ampliación de empresas es una opción a tener en cuenta sobre todo si estas desempleado o sencillamente quieres ser tu propio jefe. Para tener éxito con el negocio es importante que se presente un buen plan de empresa y se estudie detalladamente la viabilidad y la rentabilidad del mismo.
Ya solo queda que la suerte nos acompañe.
