Las deudas ahogan al CF Reus hasta su desaparición
28 de Octubre de 2020
28 de Octubre de 2020
La entidad tarraconense dice adiós después de más de 110 años de vida. A mitad de octubre, el juzgado Mercantil de Tarragona mediante un auto ha dado la orden de disolver la Sociedad Anónima Deportiva del CF Reus y decreta, por tanto, el inicio de la fase de liquidación de la misma. Ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo de viabilidad económico y no poder saldar la deuda con los acreedores, el juez ha decretado la disolución de la entidad.
La historia del CF Reus empieza a torcerse definitivamente cuando en enero de 2019, en mitad de la temporada 2018-2019, por no cumplir “con sus obligaciones contractuales, deberes o compromisos adquiridos”. Además de los problemas financieros existentes, se le impuso una multa de 250.000 euros que agravó la delicada situación.
Para entender un poco más este trágico final tenemos que remontarnos a 2014. Ese año, Joan Oliver llega a Reus para desembolsar algo más de 300.000 euros y hacerse con el control de un club instaurado en Segunda División B y que nunca había estado en LaLiga (ni en Primera ni en Segunda División). Convirtió al club al Sociedad Anónima Deportiva (SAD) y en 2016 consigue un ascenso histórico a Segunda División.
Las siguientes temporadas, la 2016-2017 y la 2017-2018, el club catalán consigue el objetivo deportivo de salvar la categoría de manera holgada siendo undécimo y decimocuarto, respectivamente. Para el siguiente curso, el 2018-2019, es cuando la cosa, como decía, se empieza a torcer. En septiembre de 2018, el presidente de LaLiga, Javier Tebas, avisó que el CF Reus no estaba haciendo bien las cosas: “El Reus tendría que haber solucionado primero todos sus problemas (económicos) y después fichar, y no al revés como lo han hecho”.
Como solución, LaLiga planteó una ampliación de capital que en ningún momento llegó por parte del club y esto provocó la rebaja del límite salarial de 4 a 2,5 millones de euros impuesto por la patronal del fútbol español. Ese inicio de temporada es reconocido aún por la situación del CF Reus por la ‘crisis de las fichas’, donde solo pudieron inscribir a 16 jugadores y la plantilla tuvo que ser completada con futbolistas del filial.
La deuda del club ascendía a 5 millones de euros y, según contaba el diario Mundo Deportivo, fuentes cercanas a los inversores aseguraban que Joan Oliver pudo haber maquillado las cuentas y que los inversores estadounidenses -Clifton Onolfo y Russell Platt- que se hicieron con el club en enero de 2019 se encontraron con más deuda de la prevista, pudiendo ser insuficiente la inyección inicial de 2,5 millones de euros.
La deuda era tan grande, según cita El País eran casi 8 millones de euros en mayo de 2019, que ya no había por donde cogerlo. Los norteamericanos, que se sintieron engañados por Oliver, tampoco supieron darle la vuelta a una dramática situación que ha terminado con la desaparición del CF Reus. Para entender un poco más todo lo que ha sucedido, el máximo accionista y propietario del CF Reus, Joan Oliver, allá por septiembre de 2015, afirmó tener la mayoría de sus negocios en Asia y que -en su día- al sufrir una situación de bloqueo de sus negocios tuvo que retrasar el pago a sus trabajadores y pagadores. Impagos y deudas fueron el pan de cada día. Un preludio, sin duda, de lo que llegó desgraciadamente para la entidad. Conocedores de la situación, los aficionados del equipo tarraconense se han movido para crear la plataforma ‘Sempre Reus’, presentada hace tan solo un mes con el objetivo de que el espíritu rojinegro perdure. Este colectivo se ha propuesto conseguir “reavivar el fútbol en la capital del Baix Camp” a través de contactos con ex jugadores del equipo que estarían dispuestos a colaborar de alguna manera con las acciones de esta nueva entidad. Como se asegura en el comunicado recogido en Reus Digital, la plataforma se ha planteado “crear un proyecto de referencia en el ámbito local” y que “culmine con la creación de un nuevo club”.