10 de Abril de 2019
El patrocinio de la UEFA Champions League ha variado año tras año. El principal atractivo de la competición es su impacto en estadios y la televisión; no en vano, la final la ven 350 millones de personas. En la temporada 2018-2019 la competición cuenta con 8 patrocinadores oficiales. Las empresas representadas son Heineken, Lays, MasterCard, UniCredit, Playstation, Gazprom, Nissan y Adidas. Por lo tanto, están representados la alimentación, automoción, energía, ropa deportiva y los videojuegos entre otros.
Lo cierto es que este tipo de patrocinio resulta rentable para la mayoría de las empresas, de manera que el organismo de fútbol europeo no suele tener problema para reemplazar las vacantes que se producen. Hay una serie de beneficios para las marcas de ser patrocinador de la Champions League. Se destacan los siguientes:
Ser patrocinador de la UEFA Champions League aporta notoriedad. En países como España, Italia, Francia, Alemania o Reino Unido, el fútbol genera mucho dinero y hay toda una industria detrás dedicada al sport business. Si una marca busca presencia, esta es la competición ideal para conseguirlo. No es solo una cuestión de cantidad, sino de prestigio: ser patrocinador de la Champions League es una buena tarjeta de presentación.
La mayoría de las marcas que se publicitan en la Champions League tienen una dimensión global. Por lo tanto, no son desconocidas para los consumidores y recordar que existen es una buena manera de aumentar los ingresos. No hay que olvidar que el patrocinio es para los estadios, pero también para la televisión.
El patrocinio de la Champions League permite asentarse mejor en mercados en los que quizás no se tiene tanta presencia. Al tratarse de un evento global, una marca se asegura la difusión de su nombre en los principales mercados europeos. Bien utilizado, este es un buen recurso para entrar en lugares en los que no sería posible de otra manera.
Los patrocinadores de la Champions League suelen estar varios años, lo que es una señal de los beneficios que aporta esta relación comercial. La competición continental de fútbol es un ejemplo de buena gestión comercial y de imagen. El target es lo suficientemente amplio como para llegar a un público de clase media, joven y de mediana edad. Año tras año, aumentan las audiencias y el impacto social del que es el principal evento continental de fútbol.
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