Mujeres que inspiran al mundo
08 de Marzo de 2022
08 de Marzo de 2022
Un día de 1955, una costurera afroamericana de 42 años, Rosa Louise Parks, volvía a casa después de su jornada de trabajo en Montgomery, Alabama. Como de costumbre, tomó el autobús de vuelta pero sin embargo, ese día haría algo distinto que cambiaría el mundo. Rosa Louise se negó a ceder su asiento para que una persona blanca pudiese sentarse, desafiando así la segregación racial vigente en Estados Unidos. Este gesto inspiró a muchas otras mujeres negras de la época hasta desembocar en un movimiento por los derechos civiles.
La inspiración de Rosa Lousie sobre otras mujeres logró cambiar el mundo y la vida de estas. Hoy, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, nos hemos dado una vuelta por EAE para conocer qué mujeres han inspirado a nuestras compañeras.
Como no podía haber sido de otra manera, llegué a conocer su trabajo de una forma más bien discreta y casi por casualidad, mientras estaba estudiando. Gracias a ella, pude entender el poder y la capacidad que tienen las personas introvertidas, y cómo establecer una buena relación con ellas, en diferentes escenarios. Me inspiró verla en su Ted Talk The Power of Introverts, ante cientos de personas, contar episodios de su propia vida y explicar cómo en una cultura en la que ser sociable y extrovertido se valora sobre todo lo demás, es complicado ser una persona introvertida. Esto implica, además, como dice Susan, to have courage to speak softly. Celebrar la diversidad y gestionarnos con nuestras propias -y necesarias- particularidades e idiosincrasia es una gran inspiración para quienes nos relacionamos a diario con personas. Ver que Susan Cain lanzaba este mensaje en primera persona ante audiencias masivas, cuando no es su medio natural, me pareció algo admirable y un muy buen ejemplo de superación.
Una mujer que me inspiró en mi carrera fue la escritora Caitlin Moran. Su libro “Cómo ser mujer” mantiene tono de humor inteligente y cuenta anécdotas, unas divertidas y otras más duras, que hablan de lo que supone ser mujer en una sociedad todavía machista. Se ha hecho mucho humor enfocado a las mujeres pero no tenían el tono reivindicativo de Moran. La mayoría de las veces el feminismo se aborda desde un tono académico o político, pero sobre todo serio, y eso causa mucho rechazo. Este best seller ha sido clave para que la palabra “feminista” dejara de tener esa connotación negativa.
No soy de tener grandes líderes o figuras a los que sigo o a quien quiero parecerme, al menos no me suelo fijar en mujeres que no viven en un entorno parecido al mío.
A mí me inspiran mujeres normales, la señora del bazar de la esquina que trabaja todo el día por salir adelante en un entorno que funciona al revés que su cabeza, una amiga que perdió un hijo por suicidio y sigue creyendo que el camino es la gratitud. Y todas las que luego de equivocarse, aprenden, rectifican y se reconvierten.
Intento mantenerme atenta y consciente por reconocer en las mujeres de mi entorno, la grandeza que las caracteriza y me esfuerzo por aprender de ellas.
Una mujer que me ha servido de inspiración es Sheryl Sandberg (Directora de operaciones de Facebook) autora del libro “Lean In: Women, Work and the Will to Lead”. Me recomendaron el libro y su lectura me sirvió de inspiración para seguir trabajando en mi desarrollo profesional y en aprovechar y buscar las oportunidades necesarias para poder conseguirlo. Tener familia y querer conciliar vida profesional y vida personal/familiar no debía ser un impedimento para seguir progresando y para ocupar puestos de mayor responsabilidad y que, por supuesto, no debía sentirme culpable por ello.
Me ayudó a reflexionar sobre la importancia de no ponerme límites -muchos de ellos vienen del exterior- y a desafiarme continuamente para perseguir mis sueños. También para concienciarme de cómo las mujeres podemos hacer de los pequeños gestos un gran cambio. De cómo podemos trabajar conjuntamente para crear un mundo más igualitario y de cómo, desde la posición que tengamos, podemos ser generosas y ayudar a otras a conseguirlo. Existen pocas mujeres líderes y estoy convencida de que el mundo necesita más liderazgo femenino.
Es una de las mujeres que ha marcado mi vida con su historia, sus vivencias, su lucha por la igualdad, su arte, no solo a nivel cultural, sino también por su manera de enfrentar la vida.
La descubrí en una postal durante un viaje a México, su imagen me pareció curiosa, siempre muy colorida, al contrario que su historia, llena de matices grises. En ese tiempo yo atravesaba un momento duro a nivel emocional y me sentí inmediatamente identificada, pues Frida, pese a las múltiples dificultades físicas y emocionales que atravesaba, su capacidad de resiliencia y la pasión e intensidad con la que vivía su vida eran admirables.
Me llamó la atención que uno de sus puntos débiles, como muchos seres humanos fuertes, eran los temas de “el corazón”, los que a su vez fueron, paradójicamente, su mayor inspiración para crear, representarse y conectar con ella misma.
Frida Kahlo, me ayudó con cada una de sus frases con esa connotación de dolencia y superación ante cualquier adversidad, de la cual todas podemos aprender.
Una de las mujeres que me ha servido de inspiración en mi carrera como diseñadora es la científica estadounidense de ciencias naturales, consultora de innovación y autora, Janine Benyus.
Ella popularizó el termino de “Biomimetismo” y desarrolla la tesis básica de que los seres humanos deberíamos emular conscientemente el genio de la naturaleza en nuestros diseños, con la finalidad de preservar el equilibrio natural del mundo en que vivimos mediante la coexistencia entre el hombre y su medio ambiente. Este concepto se aplica a observar y aprender de la naturaleza, sus modelos, sistemas, procesos y elementos y de allí emula o toma inspiración de ellos para resolver problemas y diseñar a partir de esto.
Supe de Alexandra David-Néel cuando empecé a viajar por Nepal, hace muchos años, y adentrarme en la cultura y filosofía budista. La primera occidental en entrar en Tíbet, que además, fue mucho más allá. Recibió enseñanzas de distintos lamas y maestros hasta acabar siendo nombrada también lama. La llamaban “Lámpara de Sabiduría”.
Comenzó a viajar muy joven, en una época en la que era una indecencia que una mujer joven viajara sola. A la vez que viajaba, estudiaba y escribía. En la actualidad, sus libros son “rara avis”, muy difíciles de encontrar. Murió a los 100 años, después de renovar su pasaporte, y de viajar por China durante más de 10 años. Para poder entrar a Lhasa, caminó dos mil kilómetros a pie, disfrazada de mendigo, con su piel teñida con ceniza de coco y acompañada de un aprendiz que se convirtió en su hijo adoptivo.
Para mí, la figura de Alexandra es una fuente continua de inspiración. Inspiración del alma libre y culta. Inspiración de la fascinación para profundizar en el conocimiento de uno mismo y de las leyes que rigen el universo. Inspiración para viajar. Inspiración para perseverar y no cejar en el intento. Su espíritu libre y pleno, para mí, es una aspiración a la que quisiera llegar algún día.