Próximo Acuerdo Mercosur: perspectiva a futuro próximo
09 de Agosto de 2017
09 de Agosto de 2017
Por: Cristina Noguera, profesora del Master International MBA de EAE campus Madrid
Partamos de una premisa: la libre circulación de bienes y servicios entre países rara vez perjudica a los estados miembros de un acuerdo. Todo parece indicar que con Mercosur las cosas no serán distintas, si bien, como en todo buen acuerdo que se precie, estarán las partes que salgan más fortalecidas, y por el contra, aquellos sectores que se vean menos beneficiados, e incluso, algo perjudicados con la aprobación y entrada en vigor de este ambicioso acuerdo.
Como principal generador de empleo, las pymes pertenecientes a los países involucrados en el acuerdo tienen grandes expectativas sobre la firma del acuerdo.
Tan diversos como son los países de la Unión Europeo y Latinoamericanos que lo componen, está claro que la implantación será por fases en base a países y sectores a los que los términos del acuerdo resulten de aplicación.
Garantizar el mantenimiento de las garantías sanitarias en relación con el sector agroalimentario se perfila como punto fundamental en la hoja de ruta de la implantación.
Con el foco puesto en nuestro país, el sector agrícola no ve con buenos ojos la firma de este acuerdo, ya que todas las estadísticas dejan claro que saldría perjudicado, a excepción de ciertas actividades concretas vinculadas con la producción vinícola y aceitera.
Ha sido el extremo relativo a la desgravación el más controvertido para los países constituyentes de ambos bloques, manteniendo a lo largo de los años de negociación posiciones muy alejadas.
El bloque del cono sur no ve con buenos ojos la pretensión de los países de la Unión Europea de obtener una desgravación arancelaria para el 90% de sus exportaciones en plazo inferior a una década.
Lo que es evidente es que contar con un arancel único es un factor indispensable para el crecimiento de un ámbito tan importante en la política comercial de cualquier país como es el de la exportación.
En definitiva, la próxima firma de este acuerdo abre un abanico de nuevas posibilidades a las empresas exportadoras y serán aquellas que sepan aprovechar sus ventajas quienes sacarán los mayores réditos a nivel competitivo.