Un nuevo paradigma en el mundo empresarial
18 de Mayo de 2020
18 de Mayo de 2020
Tanto empresas como profesionales hemos tenido tiempo para reflexionar durante el confinamiento. Algunos se preguntan si podemos volver a como estábamos antes. La respuesta es un rotundo NO. Sin obviar la parte económica, debemos rendirle pleitesía a los procesos transformacionales por los que hemos pasado tanto a nivel organizacional como personal.
Cuando Alicia (en el País de las Maravillas) le preguntó al gato qué camino era mejor tomar, el gato le respondió “todo depende de a donde quieras ir”.
Creo que, en la situación actual en la que estamos - a punto de salir del confinamiento - la mayoría de empresas y profesionales están en un cruce parecido al que se encontraba Alicia - ¿y ahora, qué camino tomar? Ante la pregunta del gato, la mayoría probablemente le respondería al gato “Virgencita, virgencita que me quede como estaba…..o mejor!”
La lógica nos dice que si tomo un camino y me doy cuenta de que ese camino no me lleva a donde quiero ir, puedo regresar al punto de partida. Quizás pueda volver al punto de partida, pero no seré el mismo que era antes, pues en esa trayectoria, habré descubierto cosas, habré reflexionado y habré pasado un sinfín de experiencias que hacen imposible que la persona o la empresa siga siendo igual que antes. De manera que, después del confinamiento será casi imposible que nos quedemos como estábamos ni a nivel personal ni a nivel empresarial. Sin obviar la parte económica que tan gran impacto tendrá a nivel mundial, quiero poner el foco en la transformación profunda por la que estamos pasando.
Durante el confinamiento tanto individuos como empresas han tenido ocasión de evaluar la situación y plantearse el futuro.
A nivel de empresa sería conveniente plantearse una estrategia de adaptación a dos años que englobe la innovación tanto en recursos tecnológicos como de procesos y comunicación, una mayor agilidad de respuesta y una gestión de recursos humanos modular que de cabida a ajustarse con rapidez a las demandas del entorno – disponer de los recursos necesarios con rapidez o prescindir de ellos según demanda. A esto se le llama una “empresa acordeón.”
Para ello es necesario repensar como estructurar la empresa en formato “lego”- estructuras lean con gran flexibilidad y fortaleza de base.
A nivel individual, muchas personas han tenido la oportunidad de experimentar el “teletrabajo”. Antes del Covid-19 el teletrabajo parecía ser algo inalcanzable en muchas empresas de España. Esta situación ha permitido que cada uno se midiera a sí mismo a varios niveles: organización, auto gestión emocional, capacidad de comunicación e influencia en remoto, equilibrio casa/trabajo. Muchos también han tenido la ocasión de reflexionar sobre que les gusta de su “vida antigua” y a que aspiran y el resultado es que muchísimos trabajadores ahora abogan por un futuro de trabajo semi presencial y aprovechar lo mejor de los dos mundos.
El teletrabajo es un arma de doble filo especialmente cuando uno no ha sido entrenado previamente pues reduce la opacidad, es transparente y evidencia lo que muchos saben y no dicen. Mediante esta experiencia se ha visto claramente quienes brillan de verdad y añaden valor, el nivel real de agilidad y adaptación de la organización, donde se encuentran los silos y el politiqueo, y donde se pierden los recursos y el tiempo.
El reto para las empresas está en hacer una autocrítica objetiva y evaluar la posibilidad de convertirse en empresas acordeón tomando en cuenta las aspiraciones de sus equipos.
El reto de los empleados está en alinearse con lo que aspiran, invertir en formarse, crecer por interés propio y dejar de lado la mentalidad de “trabajo fijo” a costa de todo.
Georgina Barquin Rotchford
Profesora EAE Business School de Gestión del cambio cultural en empresas complejas.