Verde que te quiero verde. Por Ricardo ZiĆ³n
14 de Enero de 2020
14 de Enero de 2020
El BCE no se quiere quedar fuera de la lucha por el cambio climƔtico
Los mercados financieros han vivido en los Ćŗltimos aƱos una creciente demanda por parte de los inversores para poner la etiqueta verde, sostenible y socialmente responsable a los productos financieros.
AsĆ hemos visto como han crecido de forma exponencial la emisiĆ³n de bonos verdes, las inversiones socialmente responsables, las financiaciones dirigidas a la mejora del medio ambiente, la financiaciĆ³n dirigida a las energĆas renovables, etc.
Christine Lagarde lleva apenas un mes en su flamante nuevo cargo de presidenta del BCE. Su antecesor, Mario Draghi, no le ha dejado mucho margen de maniobra en materia de polĆtica econĆ³mica, en un entorno con tipos en mĆnimos histĆ³ricos y con el anuncio, poco antes de marcharse, de que el BCE va a retomar la compra de activos, seƱal por cierto de que en Europa las cosas no van todo lo bien como nos gustarĆa.
Pues bien, la seƱora Lagarde ha conseguido llamar la atenciĆ³n de forma inesperada, anunciando que el BCE tambiĆ©n quiere contribuir a la lucha contra el cambio climĆ”tico. La contribuciĆ³n del BCE parecer que vendrĆa por dar prioridad en la compra de activos, a aquellos que se puedan considerar āverdesā.
Poco han tardado en escucharse las crĆticas a la propuesta de la ex presidenta del FMI. Unos ven el discurso como una forma de hacer ruido en un puesto que tiene las manos atadas de momento, debido al poco margen que deja la herencia Draghi. Otras voces recuerdan que deben ser los polĆticos los que tomen decisiones en materia de lucha contra el cambio climĆ”tico.
AdemĆ”s, no serĆa tarea fĆ”cil incluir criterios verdes en la compra de activos por parte del BCE, ya que el organismo debe mantener la "neutralidad del mercado", lo que dificulta la compra de bonos verdes. Aunque la mayorĆa de los emisores recurren a una certificadora, lo cierto es que a fecha de hoy ello no es obligatorio.
A esto hay que aƱadir el debate de la rentabilidad para el inversor. Siempre se sostenĆa que el inversor estaba dispuesto a aceptar que los bonos verdes ofrecieran algo menos de retorno debido a la finalidad āverdeā de la inversiĆ³n. Por otro lado, en la prĆ”ctica se ha demostrado que no existe apenas diferencia en tĆ©rminos de rentabilidad ente un bono verde y uno no verde.
El mensaje de Lagarde, que llega en plena efervescencia del COP25 y de la āGretamanĆaā, parece algo oportunista. Pudiera parecer, que a pesar de que su antecesor Draghi le ha dejado poco margen para salir en las portadas, ella no estĆ” dispuesta a perder protagonismo. Ya lo dijo ella en su presentaciĆ³n como presidenta del BCE: Tengo mi propio estilo. Voy a ser yo misma y seguramente serĆ© diferente.
Pero su oportunismo hace pensar, que, como ya decĆa Groucho Marx, lo importante es que hablen de uno, aunque sea malā¦ ĀæquĆ© serĆ” lo prĆ³ximo que anuncie? Hagan sus apuestas.