Síndrome postvacacional, cómo aliviar la vuelta a la rutina
23 de Agosto de 2022
23 de Agosto de 2022
Si existe algo que precede al verano es la ilusión, por iniciar vacaciones y por la emoción de cerrar un nuevo curso. No obstante, existe un lado más cruel al dar por finalizada la felicidad estival. Pues lo que releva al verano es septiembre, el fin de las vacaciones y el inicio de ese periodo al que cuesta plantar cara.
Lo llamamos síndrome postvacacional y sí, existe. Casi un 40 % de los trabajadores y estudiantes lo padece cada año después de sus vacaciones. Fatiga, apatía, tristeza o falta de concentración, son algunos de sus síntomas.
Por extraño que parezca, la depresión postvacacional es una realidad, es “una reacción lógica de adaptación que surge cuando pasamos de una rutina a otra de forma más o menos abrupta”, así lo explican psicólogos especializados en la gestión de la tristeza y la fatiga.
Sin embargo, hay veces que estas crisis efímeras son necesarias porque nos hacen despertar de una actitud autómata. Aprovecha ese momento como una oportunidad de cambio. Quizá sea la coyuntura idónea para plantearse nuevos retos profesionales o nuevos proyectos de vida, ilusionantes y motivadores.
Para aquellos que no sean capaces de vislumbrar un resquicio de esperanza aquí va una guía para hacerlo todo más fácil. En este post os detallamos 4 consejos para evitar la depresión postvacacional:
1-. Programa un periodo de adaptación – Recomiendan unos 3 días de transición previo al día de regreso, lo que lo ideal es preparar el regreso a tu espacio de estudio o trabajo con tiempo. La idea de pensar en adaptarse ayuda a sumergirse en el devenir de la vida real.
2-. Valora siempre la parte positiva – Presta atención y disfruta del momento. Los compañeros, los descansos para el café, las anécdotas de las vacaciones y, sobre todo, los proyectos que se te plantean por delante en el nuevo curso. Son muchas las cosas que poner en valor en tu vuelta a los libros y las obligaciones. ¿Por qué desaprovecharlo?
3-. Establece objetivos vitales y profesionales a corto plazo – Crea hábitos saludables, como respetar las horas de sueño y retomar tus horarios. Practica ejercicio y, si la desazón aún altera, márcate nuevos hobbies o actividades. Pero sin olvidar aprender y desarrollarse en este aspecto. ¿Tienes alguna idea en mente que siempre te hubiese gustado desarrollar? ¿Deseas especializarte en algo concreto? Puede ser el momento de inscribirte a algún curso y sacarle partido a esa parte de ti con la que aún no has experimentado.
4-. Organiza tu tiempo y diviértete también – ¿Qué significa esto? Que pasar de 0 a 100 no es quizá el mejor camino para iniciar el nuevo curso, por lo que procura abordar las actividades de forma progresiva. Y no olvides darte una tregua, cuidar el lado social y disfrutar de tus amistades y el ocio.
Si quieres ir más allá puedes diseñar un plan de motivación que te ayude a enfrentar el desafío.
Primero plantea qué objetivos deseas alcanzar dentro un determinado periodo de tiempo, un año es buen punto de partida. Segundo, establece una serie de pasos que te ayuden a cumplirlos, es importante dividir cada objetivo por mini-metas alcanzables.
Eres consciente de que la vuelta a la rutina será una realidad, por lo que pasa a dominar la situación y haz de ello el inicio de un prometedor nuevo curso.