Tips para desconectar y aprovechar las vacaciones antes, durante y después
12 de Julio de 2022
12 de Julio de 2022
Cuando hablamos de “las vacaciones” todos sabemos a qué nos referimos. Las de verano son las vacaciones por excelencia, con mayúsculas, el gran “break” a lo largo del año laboral. Según llegamos a la oficina señalamos el calendario en rojo e imaginamos planes especiales para entonces. Es cierto que durante el resto del año existen otras vacaciones menores y puentes que permiten aliviar la rutina. Pero, en la gran mayoría de los casos, solo durante las vacaciones de verano podemos juntar semanas enteras de descanso.
Sin embargo, al igual que el trabajo requiere de una dedicación plena, las vacaciones tienen que vivirse de forma adecuada. No solo son un derecho de los trabajadores, sino una necesidad. Los psicólogos y los expertos en Recursos Humanos entienden que una desconexión exitosa influye en el rendimiento y el buen estado de ánimo para el resto del calendario laboral.
En este post, contaremos los beneficios de unas vacaciones disfrutadas al máximo y algunas claves para aprender a desconectar. Pero antes, veamos cuáles son los beneficios de las vacaciones.
-Estrés y bienestar: El descanso estival rebaja enormemente nuestro nivel de estrés, relaja nuestra mente y propicia un bienestar que necesitamos para encarar con ganas el resto del año. Sus efectos se dejan sentir en el cuerpo, en la presión arterial y la calidad del sueño.
-Reflexión: Parar ayuda a replantearse nuestra actividad y pensar cómo enfocar las cosas a la vuelta. En la vorágine diaria de la oficina no siempre es posible encontrar la oportunidad de plantear mejoras con la cabeza despejada.
-Creatividad: Fomentar nuestras aficiones es importante para un buen rendimiento laboral. Las vacaciones son el momento ideal para dar rienda suelta a nuestros gustos y dedicar tiempo a cosas que se salen de nuestro día a día.
-Prioriza: Deja todo lo importante atado. Lo que no sea prioridad puede esperar hasta la vuelta. Si se queda un cabo suelto que puede resolverse más adelante practica el desapego. En septiembre podrás con ello.
-Delega: Muchas personas son incapaces de confiar en sus colaboradores o, si lo hacen, no paran de darle vueltas. Necesitan por fuerza estar al pie del cañón, supervisar el trabajo. No es la mejor idea para desconectar. Aprender a delegar y marcharse con la conciencia tranquila después de dejarlo encarrilado, es un arte que conviene cultivar. Y es la única vía para escapar del trabajo también en el plano mental.
-Automatiza: Todo lo que puedas resolver sin estar presente en la oficina es tiempo y tranquilidad que ganas. Si el trabajo lo permite, automatiza procesos y rutinas. A veces es algo tan básico como dejar un mensaje de aviso en tu correo electrónico para que respeten tu descanso.
-Desconecta: Hazlo, no dejes que sea sólo una palabra. La desconexión debe ser absoluta, la máxima que puedas alcanzar dentro de tus posibilidades y tu tipo de empleo. Tu mente y tu cuerpo lo necesitan y tu rendimiento depende también de este descanso.
-Fuera dispositivos: La desconexión debe ser también y primordialmente digital. Nos pasamos el día colgados al PC, la tablet, los smartphones. Nuestro trabajo cada vez depende más de estar hiperconectados. Que no te dé empacho dejarlos en un rincón o apagarlos del todo. -Haz planes distintos: Las vacaciones son el único período del año en el que tenemos tiempo para disfrutar de viajes o planes más o menos elaborados (a veces, sencillamente sentarse al sol); por eso, cuando lleguen, no olvides aprovecharlas.
-Céntrate en las personas: El trabajo nos resta tiempo para la familia y los amigos, por lo que los meses de verano son un momento ideal para estrechar vínculos, quedar con gente, disfrutar del contacto personal.
-Mejora los hábitos: Ya sea dormir de forma más regular o iniciarse en el deporte, las vacaciones pueden servir para adquirir hábitos que luego intentemos mantener a lo largo del curso.
-Vuelve unos días antes: Regresar a tu casa y a tu rutina unos días antes de que acabe tu periodo de vacaciones es una buena idea para evitar una transición abrupta. Puedes ir organizando el regreso con calma.
-Actitud positiva: Sí, se acabó lo que se daba, pero ya sabías que sucedería. Volver al trabajo requiere de positividad y optimismo. Si has disfrutado plenamente tus vacaciones y has desconectado de verdad, te será mucho más fácil adaptarte al retorno.
-Plantea objetivos asequibles: La readaptación tiene que ser gradual. Antes de entrar por la puerta, plantéate objetivos a corto plazo. No seas excesivamente ambicioso ni entres como un torbellino.