En la mente de Okuda
22 de Marzo de 2022
22 de Marzo de 2022
Okuda San Miguel nació en Santander en 1980. Hijo de padres hosteleros, pasó largas horas de su infancia jugando en las calles de su ciudad, quién sabe si quizás este fuese el primer factor clave para que ahora estemos hablando de uno de los artistas urbanos más importantes y reconocidos del planeta.
Los primeros pasos de Okuda como artista fueron en 1977. Ataviado con sus sprays, realizaba graffitis de letras en fábricas abandonadas. No fue hasta 2007, cuando entra a estudiar Bellas Artes en la universidad, que comienza su etapa profesional y su camino más personal. Sus estudios sobre surrealismo causaron gran influencia en él y se juntan con las letras que antes dibujaba para empezar a dar lugar a su característico estilo.
La obra de este pintor, escultor y diseñador tiene un estilo tan propio que ha llegado a formar un lenguaje iconográfico inconfundible. A sus figuras fragmentadas en formas geométricas se le une una policromía con una paleta de colores casi infinita.
Okuda ya se dedicaba profesionalmente a sus obras, pero sin duda una de ellas supuso un punto de inflexión en su carrera y un boom mediático que le permitió darse a conocer en todos los rincones del planeta: Kaos Temple. En el 2014 el artista dotó de color y figuras un antiguo templo -reconvertido en skatepark- de una parroquia del norte de España. El contraste entre la arquitectura neorrománica de la iglesia con el lenguaje futurista y colorido de Okuda sacudió el mundo.
Okuda entró a formar parte de las listas más importantes de artistas internacionales como las de las revistas Graffiti Art o Widewalls. En la actualidad, sus murales, esculturas y exposiciones dan la vuelta al globo. Francia, EEUU, Países Bajos, India, Australia, México, Marruecos… Marcas como Zalando (una de sus últimas colaboraciones) no dejan de llamar a su puerta para contar con la visión del artista, que no deja de evolucionar e incursionar hacia nuevos terrenos. Ahora, las obras de Okuda llegan también al mundo digital. El 2 de agosto sacó a la luz su primera colección de NFTs.
Pero, ¿cómo funciona su mente? Okuda nos ha concedido una entrevista en exclusiva para lograr entenderla, y ya de paso, nos ha dejado algunos consejos para ayudarnos a desarrollar nuestra creatividad.
Mi proceso creativo varía mucho dependiendo de si es un trabajo de estudio o un trabajo escultórico o pictórico en la calle. Si es escultórico, el proceso es a partir de un objeto o una imagen de referencia. Hacemos el archivo 3D de manera digital, este se lo pasamos al estudio de escultura para que nos haga una pieza madre y a raíz de ahí comenzamos a pintarlo y lacarlo.
El proceso con los murales es muy distinto. No me gusta hacer bocetos. Me gusta ponerme delante del mural para nutrirme e inspirarme de lo que pasa en su entorno. Ahí debajo de él es cuando pienso la composición. Empiezo haciendo el personaje principal o los elementos principales y luego el avance de la propia obra me va diciendo el siguiente paso.
Los cuadros en estudio también llevan un proceso totalmente diferente. Lo primero que hago es marcarlos con códigos de color. Mis ayudantes me ayudan con los primeros procesos más rutinarios y luego yo voy añadiendo más detalles, sombreados y degradados a la obra.
Depende mucho de la superficie o el lugar donde vaya a intervenir. Normalmente he intervenido edificios planos, lo que no me exige tanto porque al final es como un cuadro en mi estudio, pero cuando es una arquitectura compleja como iglesias, castillos, o arquitecturas clásicas con muchos ornamentos, leo el guion de lo que tengo que hacer en la propia arquitectura. Creo que la combinación entre el lenguaje digital contemporáneo y la arquitectura clásica genera un impacto brutal.
Mi inspiración en un principio venía de mi etapa académica donde descubrí el surrealismo y otras partes maravillosas de la historia del arte. El Renacimiento, el Barroco y sobre todo icónos del arte clásico, los cuáles reinterpreto para llevarlos a mis composiciones digitales futuristas. Aunque a decir verdad, lo que más me inspira es todo lo que me rodea, los viajes y las culturas que visito.
Mi estado más tranquilo y en el que más ideas me surgen siempre coincide en los aviones. Quizás es porque estoy sí o sí destinado a estar horas en un sitio, tranquilo, más tranquilo que en mi casa quizás porque en un avión nadie te puede llamar ni tienes visitas. En un avión estoy solo y cerca de las nubes, y creo que esa posición me inspira mucho. También cuando tengo la presión de un deadline para una exposición. Trabajar con esa presión me motiva mucho y me genera muchísimas ideas.
Creo que la creatividad y el arte siempre han representado cambios en la historia: cambios sociales, históricos, políticos, conflictos... todo esto ha inspirado a los artistas, que han reflejado esos momentos en sus obras.
Mis obras transmiten mensajes como la libertad, el sentido de la vida, el amor, la multiculturalidad… Me encanta mostrar un diálogo y contradicción entre el futuro y el pasado, entre la modernidad y nuestras raíces, entre la naturaleza y el cemento.
Más que un consejo, una frase que me define es: “necesito crear para ser feliz”. La creatividad para mí es mi psicóloga. Por ejemplo, me voy de vacaciones -ahora mismo me estoy yendo de vacaciones a Egipto- y sé que voy a venir llenísimo de ideas y de inspiración. Creo que la creatividad no para, la vivo 24 horas al día, para mí es necesario hacerlo así para ser feliz.
A los jóvenes creativos o artistas les diría que hagan las cosas de corazón, y que las metas que se propongan tengan que ver con su bienestar y no con ganar más o menos dinero, o ser más o menos, que muchas veces las redes sociales nos confunden con esto y cambian los valores de las personas. Lo importante al final eres tú contigo mismo. El sentido de la vida es encontrar una motivación personal mayor a todo lo demás.
Artículo en colaboración con: Okuda