En la mente de María Murnau (Feminista Ilustrada)
04 de Noviembre de 2021
04 de Noviembre de 2021
Hay ocasiones en las que las palabras no son suficientes para transmitir las emociones, sensaciones e ideas que queremos que trasciendan. Con este mismo problema y con la creatividad como solución, nuestra protagonista de hoy se dio a conocer al mundo.
Escritora, divulgadora, ilustradora, influencer, graduada en Comunicación Audiovisual con Máster en Género y actualmente cursando el Máster en Customer Experience & Innovation de EAE. María Murnau se puede definir de muchas maneras pero es difícil hacerlo de una sola.
María siempre tuvo clara la importancia del feminismo, pero hay dos momentos claves en su vida que despertaron en ella la necesidad de actuar y crear @feministailustrada : Ver una manifestación de las activistas Femen y cursar una asignatura de Comunicación por la Igualdad. Nuestra protagonista, como muchos otros, siempre supo que estas eran dos claves básicas para conseguir el éxito en cualquier cosa que nos propongamos: observación y formación.
Feminista Ilustrada divulga el mensaje feminista y expone los comportamientos machistas más habituales del día a día. Un mensaje de gran importancia para la sociedad, contado de una manera única: con ilustración, humor y sarcasmo. María tenía claro que esta era la mejor forma de hacer llegar el mensaje al mayor número de personas posibles, y así fué. Sus redes ya suman más de 700 mil seguidores. Esta exposición ha permitido a María convertirse en una de las activistas de referencia y expresar su mensaje y su creatividad en muchos otros ámbitos, como la escritura. María Murnau es la autora de Feminismo Ilustrado, Diario de una rebelde, No puedo vivir sin mí y Manual para incendiar el paraíso.
Su obra y su mensaje han traspasado fronteras, al igual que las peticiones para colaborar con ella. Murnau ha ejecutado y diseñado campañas sobre igualdad de género para Cambridge University Press, Observatorio de Género de Chile, Grupo Socialdemócrata del Parlamento Europeo, Instituto Cervantes de Nueva York y Plan Internacional, entre muchos otros. Colaboraciones que sigue haciendo hoy en día, donde continúa generando espacios de diálogo y educando a la sociedad hacia un entorno menos machista.
Pero, ¿Cómo se le ocurrió tratar un tema tan importante de una manera tan diferente? ¿Qué pasó por su cabeza? ¿Cómo hace para cubrir de creatividad todo lo que se propone? Hoy nos adentramos en su maravillosa mente para descubrirlo:
Desde pequeña siempre he tenido la necesidad de expresarme, ya fuera dibujando, con la música, escribiendo… es parte de mi personalidad. Feminista ilustrada fue un proyecto más para sacar lo que tenía dentro (que en ese momento fue descubrir en profundidad el feminismo) y gracias a mi formación en comunicación pude darle la forma adecuada para que funcionara en redes sociales. Desde que di ese primer paso todo ha sido esfuerzo 24/7, pero con muchas ganas, no solo porque sea un proyecto tan personal sino porque me devuelve una gran satisfacción aportar cosas buenas al mundo.
No sabría qué referentes elegir porque no sigo a autores/as como tal, me gusta analizar de una forma más amplia: cómo le afectó el contexto a X autor o autora, qué significó determinada obra en una generación, qué lenguaje usaban los jóvenes de X generación, cómo ha sido contada esa historia, qué elementos han marcado y vuelto de cada época; me gusta reflexionar sobre todo esto cuando encuentro una obra o autor/a que me gusta y buscar cuál sería el equivalente en este momento.
Es lo que hace que mis proyectos tengan sentido. No concibo crear algo vacío de valores, por una estética o contenido muy llamativo que tenga. Creo que cuando el arte (incluyendo cine, ilustración, literatura, todo), entendiéndolo como forma de expresión, deja de lado las ideas, se convierte en un producto de consumo sin valor para nuestra cultura. Entiendo la necesidad de crear nuevas estéticas, narrativas y formatos pero ¿qué se expresa entonces si no se expresan las ideas?
Creo que lo más difícil es crear el concepto y darle forma en tu cabeza. Una vez tienes esa estructura lo demás viene solo. Tengo muchas manías para escribir: me pongo a escribir en un horario concreto y con un mínimo de horas, no dejo que nadie lo vea, escribo un esquema y voy ampliando cada punto. En este plano soy muy metódica, pero ha cambiado según el libro que escribiera, no requiere lo mismo escribir poesía que dibujar un cómic. Lo que sí han tenido en común todos los libros es que me han absorbido.
Según vienen las ideas las voy recopilando, pero pocas veces me he “sentado a pensar”. Pero cuando un proyecto lo requiere, por ejemplo una campaña sobre un tema concreto para una ONG, la vía que utilizo es preguntarme “¿Cómo me gustaría que me hubiesen dicho eso?” o “¿Qué ha fallado en las otras ocasiones que se envió este mensaje y no funcionó?”.
Me decanto más por team espontaneidad, pero cuando hay unos tiempos que cumplir no hay demasiadas opciones.
Cada formato te permite profundizar más o menos a la hora de hablar un tema. La ilustración es perfecta para sembrar semillas y que cada persona la trabaje y vaya recogiendo. Creo que es útil para hacer a la gente pensar y que no asimilen un mensaje y lo repitan simplemente.
Hasta hace poco he sido una persona muy tímida e insegura y me costaba hablar de lo que pensaba, de hecho tardé un par de años en mostrar mi identidad en las redes de Feminista Ilustrada, así que usar de vehículo la ilustración me lo ponía todo más fácil.
Por otro lado creo que, concretamente en temas sociales, hay muchas obras tipo ilustraciones, artículos o documentales, pero puntuales, no proyectos duraderos en el tiempo que profundicen en estos temas. De hecho, hasta hace muy poco no había “canales visuales” (sea en el soporte que sea) que tuvieran estas temáticas.
Hay muchas variables a nuestro alrededor que no podemos controlar, lo que sí está en nuestra mano es esforzarnos, pero ese esfuerzo no va a dar resultados si elegimos mal dónde volcarnos. Veo a mucha gente trabajando muchísimo pero no en la dirección correcta, ese periodo de reflexión merece la pena porque vamos a aprovechar toda nuestra energía.
Artículo en colaboración con:
- María Murnau @MariaMurnau, @Feministailustrada.