RFID, una de las tecnologías más polivalentes del mundo
30 de Marzo de 2022
30 de Marzo de 2022
En 1939, Gran Bretaña inventó el transpondedor de IFF (Identification Friend or Foe) una tecnología que se implementaría en sus aviones para permitir diferenciarlos de los de los enemigos a distancia. Tecnología que trascendió hasta hoy, y que sentó las bases de la que ahora conocemos como RFID.
La tecnología RFID, aunque presente desde hace años, ha vivido un auge vertiginoso en los últimos. Según el estudio “Transforming Modern Retail” llevado a cabo por Accenture, más del 92% de las empresas de retail de EEUU se están beneficiando de sus ventajas y la consideran clave para competir en el mercado. No obstante, la implementación de esta tecnología no deja de crecer y, además de en el retail, podemos encontrarla en cualquier momento de nuestro día a día, como por ejemplo en los chips de nuestras mascotas.
Radio Frequency IDentification, o en español, identificación por radiofrecuencia. Esta tecnología es una forma de comunicación inalámbrica entre un emisor y un receptor. El receptor envía una señal constante dentro de un radio concreto; cuando una etiqueta entra dentro de su alcance, esta manda una información que el lector interpreta según su programación. Algo parecido al funcionamiento de los códigos de barras, salvo que en lugar de utilizar líneas de tinta se utilizan ondas de radio.
El RFID permite reducir casi al 100% los errores que pueden surgir en el control de inventarios y en la logística. Estas son las razones por las que la mayoría de empresas ya cuentan con ella:
Facilidad operativa - Uno de los problemas más comunes en la cadena de suministros viene a raíz de los embalajes de los productos. Muchas veces, estos van envueltos en distintas packaging, lo que hace muy aparatoso identificarlos o capturar datos. La tecnología RFID ofrece la ventaja de leer las etiquetas sin necesidad de un contacto directo ni línea de visión, por lo que los operarios pueden trabajar de manera mucho más eficiente al reducir movimientos y tiempos, ahora contar cientos de unidades es cuestión de segundos.
Capacidad de almacenaje - Las etiquetas RFID tienen mucha más capacidad para almacenar datos que las etiquetas tradicionales de códigos de barras.
Gestión de inventario - Esta tecnología permite conocer el estado de cualquier mercancía en tiempo real y a una velocidad récord. Su velocidad de respuesta es menor a 100 ms, lo que la convierte en el sistema más rápido para la identificación y localización de los productos. Alguna de las posibilidades que esta tecnología ofrece es, por ejemplo, saber en segundos si un producto está colocado en un sitio que no le corresponde.
Vida útil - Las etiquetas RFID son mucho más duraderas. Esto es debido a que, al no haber contacto directo, su desgaste es mucho menor. Además, algunas de ellas permiten reescribir información sobre ellas, lo que las convierte prácticamente en nuevas.
Automatización - Los datos captados por las señales se envían automáticamente a una base de datos. Esto ofrece la posibilidad de conocer toda la información que queramos cuando queramos, independientemente de donde estemos.
Seguridad - La complejidad de la tecnología de radiofrecuencia hace que duplicar las etiquetas se vuelva mucho más complejo por lo que estas se vuelven más seguras.
Entre todas estas ventajas no podemos olvidar una de las más importantes, su polivalencia. Las ventajas que ofrece esta tecnología se pueden explotar en casi cualquier sector, por ejemplo:
Control de accesos: Una manera fácil y rápida de contabilizar el número de personas y también de dificultar la falsificación de las entradas.
Ganadería: Con los chips de RFID podemos conocer en todo momento la salud de los animales. Registrar datos como sus vacunas, su peso, su alimentación… y comprobarlo desde cualquier dispositivo.
Tiendas: Decathlon fue una de las pioneras en implementar el RFID en la línea de cobro, haciendo que los usuarios ahorrasen hasta 5 segundos por cada artículo adquirido, lo que supuso un incremento directo en sus ventas.
Hospitales: Un error de datos puede suponer una pérdida de dinero en cualquier almacén, pero cuando hablamos del ámbito médico, este puede suponer mucho más. La tecnología RFID permite controlar los análisis de los pacientes o conocer el historial de estos, entre muchas otras posibilidades, reduciendo los errores a 0.
Productos alimenticios: El control de los productos, sus fechas de caducidad, el número de lote, o el origen de envasado… son algunos de los datos a los que podemos acceder, lo que permite actuar en segundos ante cualquier inconveniente que ponga en riesgo la salud.