Los gamers desvelan su mejor jugada: cómo los videojuegos pueden ayudarte a conseguir el trabajo de tus sueños
18 de Marzo de 2021
18 de Marzo de 2021
Si naciste después del año 2000 es muy probable que te hayan dicho esta frase en más de una ocasión. Si por el contrario eres de los 80, es posible que hayas sido tú quien la haya pronunciado alguna vez.
Hay generaciones que nunca han jugado a los videojuegos y que los perciben como una amenaza a los juegos tradicionales a los que dedicaron su infancia. También las hay que sí disfrutaron en su día de títulos célebres como Pac Man, Space Invaders, Donkey Kong, Super Mario o Sonic y que, sin embargo, hoy miran con recelo los juegos infinitamente más complejos que se juegan actualmente.
La cuestión es que, entre una cosa y otra, cuando se habla de la vital importancia del juego en el proceso de aprendizaje se tiende a dejar fuera de la ecuación a los videojuegos. Cualquier padre felicitaría efusivamente a su hijo por resolver un puzzle, pero no tanto por superar un nivel en Fortnite o Minecraft. Y sería beneficioso hacerlo, no solo porque estamos ante una floreciente industria valorada en 140 mil millones de dólares y que genera millones de puestos de trabajo, sino porque existe evidencia científica de que los videojuegos constituyen una valiosa herramienta en el proceso de aprendizaje.
Los videojuegos permiten desarrollar un amplio abanico de habilidades y capacidades cuya utilidad práctica va mucho más allá de la pantalla, y el hecho de que no lo tengamos en cuenta está impidiendo que aprovechemos al 100% su potencial. Además, se trata de habilidades relacionadas con las llamadas soft skills , tan cotizadas actualmente en los departamentos de Human Resources (HR) y en cambio tan difíciles de encajar en algunos sistemas educativos.
Un reciente estudio de ManpowerGroup sostiene que los jugadores amateurs de videojuegos han perfeccionado muchas de las habilidades más demandadas por las empresas, como el trabajo en equipo, la toma de decisiones, el pensamiento crítico, el feedback efectivo o el liderazgo.
Así lo confirma María Ángeles Quiroga, creadora y directora del Laboratorio de Inteligencia y Videojuegos de la Universidad Complutense de Madrid que lleva más de 15 años estudiando el impacto de los videojuegos a nivel cognitivo: “Jugar activa la inteligencia. Es posible que los jóvenes que usan habitualmente tecnologías exigentes a nivel cognitivo, por ejemplo juegos de estrategia en tiempo real, mejoren su capacidad de toma de decisiones, su capacidad de planificación y su capacidad viso-espacial y atencional”.
Aquel precario matamarcianos poco tiene que ver con las complejas aventuras gráficas o los sofisticados simuladores que podemos encontrar actualmente en el mercado. ¿Cómo saber entonces qué tipo de capacidades desarrollan cada tipo de juego?
Ese fue uno de los temas de conversación de la reciente Masterclass: “Cómo prepararnos para la Universidad con esports y videojuegos”, que hemos organizado en EAE, en la que participó Flavio Escribano, doctor por la Universidad Complutense de Madrid, quien lleva años estudiando cómo influyen los diferentes juegos en en las capacidades y habilidades cognitivas. Escribano es uno de los fundadores de Soft Skill Games, una iniciativa que utiliza títulos comerciales para entrenar habilidades clave en poblaciones determinadas, especialmente estudiantes. En este momento trabaja con estudiantes de doctorado de Biotecnología de tres universidades diferentes. Como parte de su entrenamiento de cara a desarrollar tratamientos contra el cáncer y otras enfermedades, estos investigadores juegan a sagas como Portal, Counter Strike o Cities: Skylines.
Junto a Escribano participaron otros expertos de la industria como Ana Olivares ‘aNouC’, gamer profesional y CEO de la empresa SqareBox; Gerard Pous ‘StarK’, gamer y generador de contenido; y Francisco Asensi, responsable del proyecto de Gaming y esports OSL-DeAPlaneta. Todos coincidieron en señalar los siguientes beneficios de los videojuegos:
Las personas que juegan a videojuegos de acción pueden tomar decisiones correctas con mayor velocidad, tienen mejores habilidades motrices a la hora de realizar ciertas acciones, desarrollan mayores habilidades para hacer muchas tareas a la vez y, en general, tienen mayor capacidad de procesamiento de la información y su toma de decisiones se acelera favorablemente. Lo dice un estudio llevado a cabo en 2010 por la Universidad de Rochester (Nueva York) y lo confirma ‘StarK’, al que estas habilidades le han valido incluso algún sobresaliente: “Yo jugué muchos años a la saga Call of Duty y desarrollé una capacidad de reacción que me ha servido mucho para otros juegos y también para muchos aspectos de la vida, incluido en algún examen”.
Según el Institute for the Future (IFTF), las partidas con varios jugadores con un objetivo común refuerzan la capacidad para resolver problemas de forma colaborativa, algo esencial actualmente en el mundo de la empresa. “Como jugadora profesional de un equipo he aprendido tanto de los juegos como del ecosistema del equipo”, corrobora aNouC: “en el día a día hay una serie de relaciones y de jerarquías en un equipo, incluso a nivel amateur, que tienes que saber gestionar a edades muy tempranas. Para alguien joven es mucho más fácil aprenderlas a través de un videojuego que en un aula”.
Hay múltiples estudios que relacionan el uso de videojuegos con la creatividad. Uno de los más interesantes lo llevó a cabo la Universidad de Michigan entre niños y niñas de 12 años. Los investigadores apreciaron que quienes jugaban a videojuegos de cualquier tipo obtuvieron mejores puntuaciones en el conocido como Test de Creatividad de Torrance que aquellos que no lo hacían.
Juegos de roles, como EverQuest, Eve Online o World of Warcraft fomentan el espíritu de liderazgo entre personas habitualmente tímidas o retraídas, al propiciar un ambiente proclive a que desplieguen sus cualidades sin la presión del mundo real. Lo dice un estudio llevado a cabo por Seriosity y nuevamente lo confirma StarK, que se ve claramente reflejado. “A mí los videojuegos me han cambiado la vida. Yo era muy tímido, me costaban las relaciones sociales, y jugando me transformaba. Recuerdo que mis padres y mis amigos cuando me veían grabar vídeos me decían que parecía otra persona. Creo que eso es algo que le ocurre a muchas personas que juegan, porque muchos son personas introvertidas que encuentran una vía para desarrollar sus capacidades sociales”, explica.
Según la Universidad de Rochester, los videojuegos agilizan la capacidad de lidiar con imprevistos al plantear problemas y establecer un tiempo para resolverlos. Aunque son muchos los juegos que estimulan el pensamiento crítico, un estudio llevado a cabo por la plataforma estadounidense Gettingsmart con profesores de 11 países diferentes concluyó que el Minecraft desarrolla el pensamiento crítico en más de un 93%.
El inglés es la lengua oficial de los videojuegos. El idioma en el que vienen por defecto los diálogos y también el más utilizado a la hora de jugar online, donde no hay ni fronteras ni barreras. La Universidad de Helsinki constató en 2015 que los jóvenes que juegan a videojuegos sacan mejores notas en inglés, algo que puede corroborar aNouC. “Yo personalmente aprendí inglés por los videojuegos, por los diálogos de algunos títulos, por jugar online con otras personas y también porque al viajar con el equipo todo lo hacíamos en inglés: inscripciones, entrevistas, etc”, señala.
Y todavía hay más. Francisco Asensi asegura que enseñó Filosofía a alumnos de bachillerato utilizando el juego Deus Ex.
En conclusión, los videojuegos no entorpecen el cerebro, sino todo lo contrario: lo estimulan y lo desarrollan, potenciando sus capacidades. Así que entérate bien de qué habilidades se requieren para el trabajo de tus sueños, busca los títulos que mejor las entrenan y… ¡a jugar!