Gestionar desde la honestidad. Recuperemos la ética en el liderazgo
17 de Marzo de 2017
17 de Marzo de 2017
Por Susana Carrizosa, periodista colaboradora de El País
El Barómetro de Confianza Edelman 2017 recién publicado es tajante: El 53% de los encuestados cree que el Sistema no funciona. Y lo corrobora con cifras que revelan que el 75% de los países ha perdido la confianza en sus gobiernos, el 82% en los medios de comunicación y por primera vez se desconfía también de las ONG y los negocios.
Y no es para menos. Es raro el día que no amanecemos en nuestra España querida con una nueva noticia sobre corrupción en este o aquel partido, mordidas, comisiones, tráfico de influencias, sobornos, desfalcos, evasión de impuestos, apropiaciones indebidas, etcétera, etcétera. ¿Y este es el país por el que pretendemos que luchen nuestros jóvenes? Necesitamos líderes limpios que gestionen desde la honestidad y la motivación a sus plantillas y que ejerzan un liderazgo ilusionante e inspirador.
Recuperar la credibilidad se impone como mantra aquí y ahora. A ver si a fuerza de repetir, nos lo creemos. Los españoles hoy hemos alcanzado la suficiente madurez política y formación académica como para saber que vivimos un tiempo en el que el poder está en nuestras manos, en la gente de a pie. Es el momento de exigir a estas instituciones que pierden credibilidad a pasos agigantados, una reputación limpia y renovada, sin la cual, no hay forma de hacer España.
Desde esta valentía hay que recuperar confianza desde los valores, el humanismo y sobre todo desde la ética. En política, avanzar hacia un sistema de listas abiertas donde elegir libremente a los políticos a quienes de verdad les importa España y su crecimiento. En las empresas, tratar mejor al empleado, confiar en él y comunicar de forma frecuente y honesta la situación de la empresa; ofrecer productos y servicios de alta calidad; escuchar al cliente y situarle por delante de los beneficios y escuchar las necesidades de los consumidores, asignaturas pendientes en muchas compañías esgrimidas por ese 50% que sostiene que el sistema ha dejado de funcionar.
Así es de recibo exigir al mundo de los negocios, mayor compromiso en la sociedad y ayudar a resolver, por ejemplo, cuestiones sociales, como la compañía British American Tobacco, que creó la fundación contra el trabajo infantil para erradicarlo en países como Tanzania, Zimbabue, Filipinas o Malaui. Un compromiso que el barómetro Edelman amplia al comercio, inmigración e innovación, señalando tanto beneficios como desventajas, así como a los medios de comunicación para educar y potenciar el diálogo.
Se confirma también la anunciada crisis de liderazgo que ha hecho correr ríos de tinta. Según Edelman la credibilidad del CEO ha caído 12 puntos. Por ello la sociedad requiere, más que nunca, mandos directivos que quieran cambiar las cosas y sepan resolver conflictos morales y éticos en sus compañías. Y sin duda liderar la transición al mundo digital desde la calma y la formación continuada de sus empleados, porque si por algo reina el desasosiego en las plantillas es por el vertiginoso ritmo de innovación.
Son precisamente los directivos quienes han de apoyar el talento de sus empresas y acompañarlo en su reciclaje digital desde la confianza, dado que el 53% opina que el cambio en la industria y en las empresas está avanzando demasiado rápido; el 60% está preocupado por la pérdida de su empleo debido a la falta de habilidades y el 54 % por la automatización. Como lo importante es andar para hacer camino, nada como el informe de Accenture Strategy para tranquilizar a navegantes, según el cual el 51% de los directivos cuentan ya con una estrategia para gestionar y desarrollar tanto las habilidades como el talento que requiere la digitalización