24 de Abril de 2019
Por: Noelia García, periodista de El Economista
Estamos inmersos en la era tecnológica del blockchain, del learning machine, del infinity flex display, de los wearables, de la ciberseguridad pero todavía no estamos preparados para asumir ciertas habilidades derivadas de los nuevos entornos laborales. Como una serie de ciencia ficción pero con la ya real tecnología que hoy tenemos y que anunciaba Black Mirror (robots que reemplazan a las personas, espiar a través de la cámara, traspasar recuerdo o un sistema de puntuación para tu real life sobre la base de las redes sociales) las habilidades necesarias para los nuevos puestos de trabajo no paran de cambiar. Aunque el Foro Económico Mundial estima que el 33% de los empleos en 2020 todavía existen, afirma en un informe que los conjuntos de habilidades requeridas tanto en las ocupaciones antiguas como en las nuevas están cambiando.
Hacer frente a los nuevos retos digitales es la tarea de las universidades. Más allá de los contenidos teóricos, las empresas buscan candidatos que ocupen roles de ingenieros de software, eléctricos, mecánicos y científicos de datos, haciendo frente a los requerimientos laborales de la nueva economía digital.
Las vacantes de empleo en el sector de las Tecnologías de la Información aumentarán casi un 10% en todo el mundo, según datos de la Agenda Digital de la Comisión Europea, y el 90% de los trabajos en cualquier sector en la actualidad ya necesitan de habilidades digitales.
Los diez perfiles más solicitados en las empresas del sector son los de programador, programador-analista, comercial, jefe de proyecto, consultor ERP, técnico de soporte, teleoperador de venta, administrador de sistemas y redes, consultor IT y Account Manager, según el último informe elaborado por Infojobs y Grupo Adecco. Asimismo, el estudio apunta que la clave para sobrevivir pasa por la necesaria implicación de los profesionales. La capacitación tecnológica (programación y análisis de grandes bases de datos, principalmente) y la mejora de las habilidades manuales y abstractas (flexibilidad, creatividad, pensamiento analítico, innovación, aprendizaje activo, resolución de problemas ) son el camino que deben recorrer los profesionales para mantenerse en la carrera.
Sin embargo, las universidades españolas necesitan atraer a las jóvenes a las escuelas politécnicas de Ingeniería, en donde aún son minoría, y así ayudarles a integrarse en un mundo profesional que, hoy por hoy, sigue siendo masculino. Actualmente el porcentaje de mujeres en las universidades y escuelas politécnicas raramente supera el 25 por ciento, cifra muy baja si tenemos en cuenta que, según previsiones de la UE, el sector tecnológico va a necesitar un gran número de titulados en STEM: la Industria 4.0 supone un cambio de modelo económico que generará en los próximos años una previsión de nuevos puestos de trabajo de alta cualificación profesional, que se cuantifica en millones.
Y es que según David Pavón, director Comercial de FOX Home, "la mitad de las empresas del sector continúa teniendo problemas al buscar perfiles profesionales con la capacitación adecuada para afrontar los retos, desde un profundo conocimiento del negocio, con la correcta preparación en habilidades de Management y Marketing y con la conveniente formación para poder monetizar los productos propios de este sector". En esta misma línea, el Employment Report elaborador por EAE Business School que analiza qué tendencias marcan el empleo del futuro, apuesta por equipos con perfiles con experiencias diferentes; sin distinción entre junior y senior, sino con capacidad de aprender constantemente en un entorno muy cambiante con una metodología de trabajo por proyectos con profesionales multidisciplinares.
La capacidad de entender y usar las redes sociales de manera efectiva es una habilidad fundamental que todo profesional debe tener, así como el marketing de motores de búsqueda (SEM), una de las disciplinas más influyentes en las que los publicistas confían; saber hacer e interpretar un análisis de datos; marketing de contenidos y una buena combinación con habilidades más "suaves" y relacionadas con el ámbito social, favorecerán la empleabilidad. Además, el aumento de la inteligencia artificial solo hace que las habilidades sociales sean cada vez más importantes, ya que son precisamente el tipo de habilidades que los robots no pueden automatizar. El conocimiento interdisciplinar será una característica totalmente diferenciadora. El futuro requerirá que se obtenga información de muchos campos diferentes para encontrar soluciones creativas a problemas venideros.