Confirmamos: “En Volkswagen necesitaremos nuevos perfiles del sector de los videojuegos”, Laura Ros, directora general en España.
17 de Diciembre de 2020
17 de Diciembre de 2020
Lo del coronavirus ha sido una colisión frontal y en cadena que ha afectado a todo y a todos. En especial, al sector de la automoción, que ha tenido que echar el freno a la totalidad de su industria a pesar de suponer el 10% del PIB nacional y dar empleo al 9% de la población activa.
Tras escucharla atentamente durante el coloquio de ‘Directivos por el mundo’, "Retos y Oportunidades en el Sector de la Automoción", que hemos organizado desde EAE Business School junto con APD, le hemos pedido a Laura Ros, directora general en España del grupo Volkswagen, que sea nuestra copiloto en esta travesía para ayudarnos a entender cómo afectará a España la importante reducción de empleo que se producirá con la llegada de los coches eléctricos, y por qué el sector de los videojuegos va a ser determinante para que todo vaya sobre ruedas.
Hace tiempo que Volkswagen dejó de ser un fabricante más de vehículos para convertirse en el proveedor global líder en servicios de movilidad sostenible. ¿Su estrategia? Reducir poco a poco los motores de combustión hasta implantar de manera íntegra en su flota automóviles que funcionen con baterías eléctricas.
Laura Ros lo tiene claro y así asegura con aplomo que "la movilidad eléctrica es el presente y que la empresa se está adaptando a través de la cultura empresarial y organizativa para una transición hacia una disminución de emisiones de CO2.".
Check-EAE: Una afirmación que cuenta con nuestro doble check (visto y verificado), dada la reciente comunicación del Grupo que anuncia una inversión de 33.000 millones de euros en el desarrollo de la movilidad eléctrica hasta 2024, además de fijarse la ambiciosa meta de ser libres de emisiones en CO2 en el 2050. Todo ello, con el fin de consolidar -y ganar- su apuesta por la electromovilidad y la digitalización.
Es importante tener en cuenta que a principios de 2020 el rumbo de todas las automovilísticas ya estaba fijado: reducir las emisiones de sus vehículos para ajustarse a lo establecido por el Acuerdo de París, a través del desarrollo de nuevos modelos electrificados. Sin duda, un destino complicado para España en el que sobre todo se producen vehículos diésel y gasolina, y que está gravemente herido por los Ertes que se ha visto obligado a aplicar.
No hay duda de que el cambio climático es un gran problema. En especial para España, segundo país en la lista de fabricación de vehículos después de Alemania. Sin embargo, y según apuntó Joan Cavallé, directivo de Accenture, en declaraciones al diario El Mundo el pasado julio, “la transición del automóvil en los próximos años vendrá determinada por lo que quiera hacer cada país y su fortaleza económica”.
Una declaración que Ros apoya firmemente: “las instituciones públicas tienen que poner de su parte a través de medidas que favorezcan o inciten el desarrollo de tecnologías de esta índole”.
Check-EAE: doble check (visto y verificado). El funcionamiento de los vehículos eléctricos, sus posibilidades de carga y la utilidad de sus baterías es una de las mayores preocupaciones de los usuarios. “El gran freno para las ventas de los eléctricos viene de que se desconoce la infraestructura: ¿Habrá electrolineras? ¿Cuánto tiempo tardaré en recargar el coche? ¿Puedo poner un enchufe en el garaje de mi comunidad?”, aseguró el CEO de Fiat a El Mundo, Alberto de Aza. Algo que también corrobora Raül Blanco a Marca, secretario general de Industria y Pyme: "El Estado debe redoblar el apoyo a un automóvil al que exigen como nunca".
Reducir la contaminación no es el único obstáculo a superar. La apuesta global por el coche eléctrico también supone una amenazante pérdida de empleos. El número de piezas y componentes que requieren estos nuevos vehículos desciende hasta un 30%, lo que significa una disminución del mismo porcentaje en mano de obra.
“Se necesitarán menos personas para fabricar un vehículo, pero a la vez se demandarán nuevos perfiles profesionales como ingenieros de software que provienen de otros sectores, como la industria de los videojuegos”, asegura Laura Ros.
Check-EAE: check (visto). Si bien es cierto que todavía hay muchísimo trabajo por hacer y multitud de puestos por cubrir en el campo de la programación del software o del desarrollo de las celdas de batería, no resuelve la duda de cuántos despidos se producirán por cada contratación.
Según un estudio publicado por la reputada sociedad suiza de servicios financieros, UBS, “la llegada del coche eléctrico puede traer consigo un grave problema laboral: España puede perder 40.000 empleos de aquí a 2025 como consecuencia de la generalización de la nueva tecnología”. ¿La causa? Clara y concisa: “la industria española del coche eléctrico no está preparada y es insuficiente”.
Con respecto a la creación de nuevos empleos, desde UBS afirman que la industria está “rezagada" respecto a la competencia y no cuenta con grandes fábricas de baterías. Al contrario, “está demasiado centrada en la fabricación de componentes y recambios”.
Dicho esto, damos por ‘checkeada’ la entrevista y nos toca estacionar. Todavía queda mucho por hacer para que el vehículo eléctrico sea una realidad sostenible, pero también viable. Y hay temas que no podemos dejar aparcados.
La realidad no es un videojuego, aunque sí serán sus desarrolladores los que nos ayuden a ganar la partida. Solo tenemos que aprender a conducir en la misma dirección y recordar que todos jugamos en el mismo equipo.
Por eso desde EAE ya nos hemos puesto manos a la obra, preparando la mejor formación y los upskilling más punteros para equipar a nuestros estudiantes de todo lo necesario en su aventura hacia una empleabilidad sostenible.